Comunicado: No a la Cumbre de los Sistemas Alimentarios

Desde que el Secretario General de las Naciones Unidas hizo pública su intención de llevar a cabo una Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios en 2019, el proceso ha estado saturado de cuestionamientos, los cuales subsisten hasta el momento, a unos cuantos días de que la Cumbre se celebre en Nueva York el 23 de septiembre. Estos cuestionamientos se refieren al hecho de que la Cumbre no incluyó a todes les actores claves para una discusión democrática y en cambio fue concertada principalmente con actores que representan sectores en los que predomina una visión tecno cientificista vinculada a los intereses de grandes corporaciones y la agricultura industrial.

Al mismo tiempo, la Cumbre marginó al Comité de Seguridad Alimentaria de Mundial de la ONU (CSA), en el que no sólo participan los gobiernos, sino también cientos de pueblos originarios, organizaciones de productores de alimentos, de trabajadores, de mujeres, defensores del derecho a la alimentación a través del Mecanismo de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas. A pesar de que en el CSA los movimientos sociales de base han presentado evidencias y propuesto alternativas factibles basadas en la agroecología  y la soberanía alimentaria para transformar los sistemas alimentarios industriales, la Cumbre prefirió dejar la toma de decisiones en manos de las grandes empresas internacionales y los defensores de la agricultura industrial poniendo en juego la alimentación y los agro-ecosistemas del mundo frente a una realidad que se complejiza a partir de la llegada de la pandemia Covid-19.

Por este motivo, durante el pasado mes de julio del 26 al 28, los movimientos sociales, junto con otras organizaciones sociales y académicos expresaron su rechazo al control de las corporaciones sobre este espacio y organizaron en los diferentes continentes contra movilizaciones paralelas, planteando su postura para la transformación de los sistemas alimentarios corporativos:  es la producción a pequeña escala -conformada por el campesinado, pueblos indígenas, pequeños agricultores, pescadores y otros-, la pieza fundamental para la transformación a sistemas alimentarios sostenibles, a través de la agroecología en búsqueda de la soberanía alimentaria.

Este próximo 23 de septiembre del 2021 está programado el evento oficial de la Cumbre con sede en New York que se desarrollará en formato virtual, con una credibilidad cada vez más frágil ante la puesta en evidencia de sus objetivos tras bastidores y su limitado alcance para alcanzar las propuestas descritas en papel.

Ante esto, desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo expresión de La Vía Campesina en América Latina y el Caribe representando las 84 organizaciones que la conforman, conjuntamente con otras organizaciones de las Américas, abajo firmantes, con las que convocó la contra movilización regional de julio, nos pronunciamos enérgicamente en contra de la realización y resultados de dicha cumbre, considerando que:

  1. Agudiza el dominio de las empresas transnacionales sobre los sistemas alimentarios mundiales, priorizando sus intereses económicos individuales, poniendo en riesgo el bienestar integral de la población, profundizando fenómenos que aquejan como la pobreza, hambruna, escases, desigualdades, e incluso la criminalización de la lucha por derechos, entre otros.
  2. Ignora los graves impactos sanitarios, ambientales y climáticos generados por el modelo agroindustrial como eje de los sistemas alimentarios dominantes en nuestros países.
  3. Soslaya los conocimientos y saberes de los productores y productoras de la agricultura campesina, familiar e indígena que durante años han producido alimentos sanos y saludables  invisibilizando de ese modo a sectores de vital importancia en la producción de alimentos mundial, vulnerabilizando  aún más sus condiciones de vidas, relegando a merced de políticas en beneficio de la agroindustria.
  4. La pandemia del Covid-19 demanda sistemas alimentarios que apuesten a la producción de alimentos sanos que fortalezcan el sistema inmune para enfrentar esta crisis, y preparar para posibles venideras, quedando en evidencia que la fragilidad del sistema corporativo y neocolonial.

Ante esto nos comprometemos a:

Continuar en la lucha por la producción de alimentos a través de prácticas en armonía con el ambiente y la biodiversidad que garanticen el derecho humano a la alimentación adecuada y a gozar el nivel más alto de salud posible de la población,  a través de la agroecología como la ruta impostergable e inevitable para alcanzar la soberanía alimentaria para los pueblos y, donde las mujeres y la juventud tengan un lugar preponderante en todas las fases y dimensiones del sistema agroalimentario,  con el cuidado del territorio y del ambiente, pensando no sólo en la sociedad actual, sino y muy principalmente en las generaciones futuras.

FIRMA EL COMUNICADO AQUI

Dejar una respuesta