En el corazón del imperio (2000-10-10)

2000-10-10
El Grito de los Excluidos/as

En el corazón del imperio

Pe. Luiz Bassegio

Bajo el lema “Por trabajo, Justicia y Vida”, se realizó en los países de América del Sur, Central, del Norte y el Caribe el Grito de los Excluidos/as Continental. Uno de los momentos fuertes fueron las diversas manifestaciones realizadas en Nueva York, fruto de la asociación del Grito con la Marcha Mundial de la Mujeres, Jubileo 2000 y la Coalición de los Inmigrantes Indocumentados.

El día 12 de octubre, con la participación del Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, el Obispo Metodista Federico Pagura, ambos de Argentina, y Frei Betto del Brasil, líderes del Movimiento Sin Tierra del Brasil, indígenas de Ecuador y México, de los derechos humanos de República Dominicana, Inmigrantes Indocumentados de los Estados Unidos y representantes de Haití y Chile, se cumplieron diversas actividades en la realización del Grito.

La delegación del Grito tuvo una audiencia con el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD, una conferencia de prensa, audiencia con el asistente del Secretario General de la ONU, Kofi Annan (quien debió viajar de urgencia al Medio Oriente, debido al conflicto entre Israel y Palestina), y un Foro Internacional al final del día. Las actividades del Grito se sumaron a la de la Marcha de los Inmigrantes Indocumentados que tuvo lugar el día 14 y la Marcha Mundial de las Mujeres del día 17 de octubre.

En las diversas audiencias, conferencias de prensa y manifestaciones se entregaron dos documentos: el Manifiesto del Grito de los Excluidos y la Carta Pública del Grito a las Naciones Unidas.

La realidad que el Grito mostró

Fue un grito contra la globalización que favorece a pocos países ricos, en desmedro de las naciones pobres. Prueba de ello es que apenas los siete países miembros del G-7, detentan 18 billones de dólares del PIB mundial, en tanto que los otros 180 países tienen apenas 7 billones.

El Grito también denunció que los tres ciudadanos americanos más ricos, Bill Gates, Paul Allén y Warren Buffet, poseen juntos una fortuna superior al PIB de las 42 naciones más pobres, en las cuales viven 600 millones de habitantes. Toda esta concentración de riqueza tiene como consecuencia el aumento de la pobreza. En América Latina y el Caribe existen 224 millones de pobres y 90 millones de miserables. Por eso el Grito se manifestó contra la política del Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y el Banco Mundial, organismos que determinan la política económica de nuestros países.

El Grito denunció también la dependencia creada por el problema de la Deuda Externa. Después de la Segunda Guerra Mundial, América Latina no tenía deudas, pero ahora debe casi un billón de dólares. Tiene la más alta deuda por habitante del mundo. Denunció también los gastos que se hacen con la carrera armamentista que consume anualmente la cifra de 800 mil millones de dólares. Y como no podía ser de otra manera, denunció la injerencia estadounidense en América Latina por medio del Plan Colombia, que en nombre del combate al narcotráfico quiere el control estratégico de los recursos naturales de la región amazónica, violando la soberanía del pueblo colombiano y poniendo en riesgo la seguridad social y política de los países involucrados.

Declaraciones

En sus intervenciones Pérez Esquivel señaló: no venimos hasta aquí para llorar, sino para resistir, reclamar nuestros derechos. Pasamos del terrorismo de Estado (dictaduras) al terrorismo económico, que trae hambre y miseria. La deuda externa es el principal agente de este terrorismo. El grito es un basta a todo esto y debe ser oído. Según él, no hay países del tercer mundo, sino que somos un solo mundo mal distribuido y la transferencia del capital a los países ricos significa pobreza y miseria para los pueblos de América Latina y el Caribe.

El representante del Grito de los Excluidos de Brasil, Gilmar Mauro del MST, manifestó que por más muros que se construyan los migrantes continuarán viniendo para acá; convocamos a todos a que se unan al Grito a fin de construir juntos un mundo de justicia y paz. Es ahora de poner un basta a la deuda externa.

En su intervención Frei Betto hablo de que en América Latina la democracia es aquella en la cual el pueblo no participa. En la era virtual, nada más virtual que la democracia en nuestros países. Según él, la guerra contra la pobreza ya terminó y los pobres fueron los derrotados.

Para el Obispo Metodista Emérito Federico Pagura, las iglesias tienen una tarea que es la de juntas contribuir a superar la miseria.

Propuestas del Grito

De manera amplia el Grito exigió una reforma agraria; cambios en las políticas económicas con el objetivo de eliminar el desempleo y la exclusión; demarcación y protección de las tierras indígenas; respeto al medio ambiente; el fin de la dependencia económica y cultural de nuestros pueblos y la anulación de nuestras deudas externas, dentro del espíritu del año Jubilar anunciado por el Papa Juan Pablo II.

Como propuestas concretas, se destacan entre otras.

a) Exigimos que las decisiones políticas deben estar en las manos de los gobiernos nacionales y no determinadas por la OMC, FMI y Banco Mundial;

b) Exhortamos a los países desarrollados a cumplir con su compromiso de destinar el 0,7% de su PIB para ayuda al desarrollo;

c) Exigimos la anulación de la deuda externa de los países del Sur pues la misma ya fue pagada varias veces y que los recursos sean destinados a un desarrollo sustentable, bajo la supervisión democrática y soberana de los países.

d) Apoyamos la iniciativa de establecer impuestos a las transacciones financieras internacionales y que esos recursos sean destinados a combatir la pobreza;

e) Exhortamos a los gobiernos a ratificar la Convención Internacional sobre Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y de sus Familias;

Las denuncias y las propuestas que la delegación presentó a las Naciones Unidas, pueden ser encontradas íntegramente en el Manifiesto del Grito y en la Carta Pública del Grito a las Nacionales Unidas.