Jueves 18 de Octubre de 2012
Frenar la hoguera belicistaCon Eberto Díaz (Fensuagro Colombia) en el inicio de la Asamblea Continental de CLOC-VC en Nicaragua
Con un homenaje a Augusto César Sandino, Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge, tres figuras claves en el proceso libertario y revolucionario en Nicaragua, inició este jueves en la capital del país centroamericano la I Asamblea Continental de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina) que irá hasta el domingo 21.
El homenaje y la mística iniciáticas tuvieros lugar en la plaza managüense de la Revolución, frente al ex Palacio Nacional –sede de la dictadura somocista hoy transformada en Casa de la Cultura- donde funcionarios comisiones regionales y temáticas realizando un balance de la agenda política del campesinado a escala continental.
Son más de 300 los delegados y delegadas presentes en la capital nica, que además este domingo se movilizarán en solidaridad con la situación por la que atraviesan comunidades y organizaciones en Honduras, Guatemala, Paraguay y Colombia, donde la disputa por la tierra ha generado procesos de desestabilización, violencia sistemática de estado y golpes institucionales auspiciados por terratenientes y empresas trasnacionales.
Precisamente desde Colombia acudió a la Asamblea Continental, que conmemora asimismo los 20 años de proceso fundacional de la CLOC, Eberto Díaz, dirigente de Fensuagro, federación campesina colombiana que es parte de esta articulación y de la Vía Campesina Internacional.
En diálogo con Radio Mundo Real, everto describió la situación actual de su país, expectante por los diálogos de paz entre la insurgencia armada y el Estado, señalando que desde el movimiento social se insiste en detener “la hoguera de la guerra”, a la cual además de los daños humanos y de violación de DDHH se vierten ingentes fondos estatales que son negados a otros sectores, como el caso de la economía campesina.
Los movimientos sociales señalan la necesidad de que la “paz” no únicamente signifique ausencia de conflicto armado sino también la existencia de un cauce político para la demanda social, así como la redistribución de la riqueza y los recursos productivos.
Aunque según FAO en Colombia no existe “acaparamiento de tierras” en su sentido más técnico, Everto es contundente al señalar que un 62 por ciento del territorio está en poder de apenas un 0,4 por ciento de los propietarios. El número de familias campesinas carentes de tierra en Colombia es estimada por Eberto en un millón y medio.
Este fenómeno estructural ha sido profundizada por el arribo al país de trasnacionales mineras y de producción de agrocombustibles en base a palma africana o caña de azúcar, lo cual ha sido apuntalado con políticas públicas por parte de gobiernos colombianos pasados y recientes.
Asimismo, Eberto realiza un balance de las dos décadas de existencia de CLOC-Vía Campesina como articulación continental, recordando que en el momento de su creación muchos de los países se encontraban en plena década de afianzamiento neoliberal y egresando de procesos autoritarios, muchas veces bajo la égida de dictaduras cívico-militares.
“Ya América latina no quiere seguir siendo el patio trasero de Estados Unidos y en ello la lucha de la CLOC ha sido y es fundamental”, enfatizó al señalar la existencia de procesos concretos de recuperación democrática en el continente, despegándose de ordenanzas de organismkos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial o Fondo Monetario Internacional.
Entre las comisiones de trabajo que se distribuirán los debates en la I Asamblea figuran: Soberanía Alimentaria, agricultura campesina, bienes naturales, coca, “Campaña de semillas” y “Campaña contra los agrotóxicos”; Reforma Agraria, Tierra, territorio; Derechos Humanos, campaña de la no violencia contra las mujeres, Campaña por la liberación de presos políticos; Formación y educación; Comunicación; Migraciones y asalariados agrícolas; Pueblos Indígenas y afrodescendientes.