3 de octubre de 2013
«Nuestros abuelos y abuelas vivieron muchos años y no se enfermaban porque comían alimentos sanos», comparte una participante del encuentro de «Soberanía Alimentaria» que realiza la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala -CONAVIGUA-, parte de la CLOC Vía Campesina.
Mujeres de diferentes regiones del país comparten y discuten con preocupación las políticas de consumo de alimentos importados, de grandes marcas y que carecen de los nutrientes que necesita todo ser humano para un desarrollo físico saludable.
También refieren que la falta de políticas desde el gobierno para que la población se alimente de forma adecuada y saludable se refleja en el incremento de la desnutrición e inseguridad alimentaria que se vive en Guatemala, según datos que registran autoridades de la cartera de salud en lo que va del año 2013 han muerto 73 niños por desnutrición.
La lucha y aporte de las mujeres encaminadas a combatir en hambre y a consumir alimentos ricos en nutrientes, ha sido desde siempre señala María Canil Grave de la Junta Nacional de -CONAVIGUA-, quien agrega que la organización desde hace varios años ha promovido e impulsado capacitación y acompañamiento a mujeres de diferentes regiones del país en el tema de la agricultura sostenible en donde las mujeres tienen contacto con la madre tierra cultivando verduras, frutas, legumbres de forma agroecológica.
Señala que dicho trabajo ha sido autosostenible porque en el proceso se ha capacitado a las mujeres a conservar las semillas nativas, a elaborar su propio abono orgánico y con dicha práctica no se contamina la tierra. Reiteró que uno de los problemas que enfrentan es que las mujeres no tienen acceso a la tierra, la tierra no está a nombre de ellas y muchas veces no son ellas las que deciden qué sembrar y qué cultivar, siendo ellas las que deben enfrentar la crisis alimentaria y la pobreza.
Canil dijo que uno de los objetivos de CONAVIGUA es que las mujeres puedan ampliar su experiencia y conocimientos y los pongan práctica con el cuidado de la madre tierra defendiendo y consumiendo lo que en cada comunidad se produce, asimismo el impulsar mercados municipales y locales para promover el desarrollo de las familias y que se visibilice y reconozca el trabajo fundamental de las mujeres.
Por su parte María Elena Barrera Vicente de San Pedro Jocopilas del departamento de El Quiché, dijo que es fundamental que las familias produzcan sus propios alimentos en base a la agroecología porque de esa manera se cuida la madre tierra y se obtienen alimentos libres de contaminación, eso beneficia a quienes los consumen porque se alimentan y se nutren.
Reiteró que quienes gobiernan el país no les interesa que la población se alimente de forma adecuada por eso sus políticas están encaminadas a proyectos asistencialistas como las llamadas «bolsas solidarias o mega bolsas» que cuyo contenido es alimento transgénico y en mucha ocasiones alimentos que ya están vencidos. «Con esas políticas lo que hace el gobierno es favorecer las propuestas de las grandes empresas, el gobierno no ha pensado en la salud de los pueblos, en la salud de Guatemala pero si piensa en el bien de las empresas que contaminan el medio ambiente y dañan la madre tierra con los químicos que utilizan para cultivar los alimentos transgénicos», indicó Barrera Vicente.
«Nosotras en nuestra comunidad sembramos lo que comemos sembramos rábanos, lechuga, zanahoria, cebolla, pepino entre otras cosas», dijo Gregoria Icu Samol de San José Poaquil Chimaltenango, quien agregó que en su comunidad las mujeres han puesto en práctica lo aprendido en los procesos de formación de la organización para obtener y consumir alimentos saludables.
Agregó que en el proceso de la agricultura ya no utiliza abono químico ni insecticida que daña la tierra sino todo es elaborado por las mismas mujeres, hizo un llamado a que las familias consuman lo que cosechan y que sea el excedente el que vendan, llamó a ya no se dejarse engañar con frutas y verduras que tienen una buena apariencia a los ojos pero que muchas veces no se analiza que ha sido producido a puro químico.
Las entrevistadas coincidieron en el llamado a las familias a fortalecer sus conocimientos y ponerlos en práctica, a ya no depender de los grandes mercados que ofrecen productos contaminados sino poner en práctica el legado de los abuelos y abuelas y a exigir al gobierno se respete y se haga cumplir el derecho a una alimentación de calidad para todas y todos.