2002-01-01
II Asamblea Latinoamericana de Mujeres del Campo
A 122 años del nacimiento del General Emiliano Zapata Salazar, cuyo legado fue «Tierra y Libertad», las mujeres de la CLOC recogemos su herencia y hacemos nuestro el desafío de que «la tierra es para quien la trabaja». Y nosotras, mujeres, lucharemos con alegría y fuerza para producir en esta tierra el alimento más anhelado: el alimento de la justicia, la vida y la libertad.
Reunidas, 180 mujeres delegadas proveniente de 16 países y en representación de 36 organizaciones, integrantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), nos hemos unimos los días 6 y 7 de agosto del año 2001, en la Ciudad de México, para discutir, analizar y hacer propuestas en torno a la problemática de discriminación que sufrimos las mujeres del campo, producto de las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos del continente latinoamericano.
Esta asamblea nos permitió en los dos días de trabajo, analizar el impacto de esas políticas de gobiernos hacia las mujeres del campo, posibilitó el intercambio de ideas, experiencias y sobre todo, la articulación de acciones para fortalecer esta instancia organizativa, además de definir ejes estratégicos y mecanismos de trabajo que propicien integrar a las mujeres del campo de América latina, en igualdad de condiciones, a los procesos de desarrollo y al reconocimiento pleno de nuestros derechos.
En este contexto, suscribimos la siguiente
1. Ratificamos la necesidad de continuar luchando por nuestros derechos y de todos los trabajadores del campo, reafirmando con la firme convicción, que nuestra lucha es de la igualdad de género, de clase y de pueblo.
2. Denunciamos y repudiamos enérgicamente todas las formas de discriminación y violencia que vivimos las mujeres del campo latinoamericano y exigimos a los gobiernos el cumplimiento de los acuerdos internacionales, que garantizan el respeto a la vida y a la no violencia contra las mujeres, por ellos suscritos.
3. Demandamos a la CLOC que asuma las propuestas y resoluciones emanadas de esta II Asamblea de Mujeres del campo.
4. Reafirmamos que la unión de las organizaciones del campo y de mujeres es un elemento indispensable para enfrentar los embates del neoliberalismo en contra de nuestros pueblos. Solidarizamos con las luchas que en este momento libran las hermanas indígenas, negras y del campo, en los distintos países del continente en defensa de sus derechos, de la tierra y de la vida.
5. Ratificamos la Solidaridad con las Mujeres Campesinas y cooperativistas cubanas, quienes representan un ejemplo de resistencia, inquebrantable valor y decisión en su justa lucha contra el imperialismo norteamericano en su heroica batalla en defensa del Socialismo y la Revolución Cubana.
6. Ratificamos la necesidad de sumar a nuestras luchas a otros sectores que comparten la voluntad de lograr una equidad de género y de levantarse en contra del modelo neoliberal que vulnera la ruralidad.
7. Estamos en contra de las políticas agrícolas transnacionales que vulneran la seguridad y soberanía alimentaria de nuestras familias y pueblos.
8. Manifestamos nuestra preocupación por la creciente e irrefrenable Migración del campo a las ciudades y del hemisferio sur al norte, producto de la aplicación de políticas neoliberales que impactan de manera negativa los procesos de desarrollo del campo y que se reflejan en la feminización de la pobreza, la desarticulación de las familias, la pérdida de identidad cultural, el despoblamiento del campo.
9. Rechazamos enérgicamente la existencia de planes represivos, neocolonialistas y antidemocráticos que se están imponiendo en América, a través del Plan Colombia y Plan Puebla Panamá.
10. Nosotras, guardadoras ancestrales de las semillas, declaramos que éstas son patrimonio de nuestras comunidades, de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Rechazamos absolutamente la patentación de las semillas y la intromisión en nuestras tierras de transgénicas.
11. Hacemos público nuestro compromiso de seguir luchando y trabajando por alcanzar condiciones de equidad entre hombres y mujeres en nuestras comunidades, organizaciones, países y en el mundo.
12. Declaramos nuestra más profunda anhelos: Que sólo las luchas organizadas de los pueblos, permitirán los cambios necesarios para construir una nueva sociedad que hará florecer la mujer y el hombre nuevos de esta gran patria que es América Latina.
¡Globalicemos la lucha,
globalicemos la esperanza,
globalicemos la igualdad en la diversidad!
MÉXICO, D.F., 7 de Agosto de 2001