Jueves 4 de Octubre de 2012
México 3 de octubre 2012
Más de cien campesinos y campesinas de más de 30 países se reunieron del 28 al 30 de septiembre 2012 en el DF de México para debatir sobre y recibir propuestas concretas sobre las polticas públicas para la soberanía alimentaria.
Las políticas públicas dentro de un contexto de crisis del capitalismo y de una nueva ofensiva de privatización neoliberal, no siempre contribuyen a cambios estructurales positivos para la sociedad. Sin embargo, para las organizaciones campesinas presentes, la lucha por políticas públicas a todos los niveles constituye un paso importante para mejorar las condiciones de vida en el campo y para conseguir que los campesinos y campesinas estén en condiciones para producir alimentos sanos y suficientes para sus comunidades y países. Como elementos clave se destaca la necesidad de mantener y desarrollar todos los servicios públicos e infraestructuras para garantizar una vida digna al campesinado y las comunidades.
Sobre todo, los servicios de educación, salud pública, vivienda, apoyo y protección de la infancia y de las personas mayores son imprescindibles. Estos servicios tienen que fortalecer y reconocer las identidades campesinas e indígenas y estar en acuerdo con nuestras culturas.
Las politicas públicas tienen que reconocer y valorar el papel de las mujeres en el ejercicio dela soberanía alimentaria,
el mantenimiento y desarrollo de las comunidades, y por lo tanto, hay que generar infraestructuras que faciliten su trabajo productivo (tierra, trabajo, creditos, ingresos economicos, guarderías infantiles…) y aseguren sus derechos reproductivos.
La agricultura campesina necesita de programas de investigación participativa, de normas sanitarias y de mercado especificas para fortalecer este modelo de producción y de consumo, y no las supuestas normas actuales que no hacen más que favorecer el dominio de las empresas transnacionales.
Se deben implementarprogramas agroecológicos y de recuperación de semillas y razas locales.
Los bienes comunes (como la tierra y el agua) tienen que recuperar su valor social y colectivo y ser preservados de la mercantilización.
Son necesarias Políticas de reservas públicas de alimentos y de regulación de los mercados para asegurar precios justos a productores y consumidores.
Se tienen que desarrollar políticas específicas para facilitar la incorporación de jóvenes con proyectos de agricultura campesina y favorecer el relevo generacional.
En último lugar, se tiene que garantizar la implementación de estas políticas.
Como organizaciones campesinas tenemos que seguir fortaleciendo nuestras organizaciones y construyendo alianzas con todos los sectores sociales para seguir presionando a los gobiernos nacionales y regionales.