Paraguay: Coordinadora de Mujeres Rurales e Indígenas de Paraguay impulsa campaña de liberación de los seis presos políticos

Radio Mundo Real

Hace 10 años que seis líderes campesinos y políticos de Paraguay fueron encarcelados injustamente por el crimen de Cecilia Cubas, hija del ex presidente paraguayo Raúl Cubas. Así lo contó Perla Álvarez, dirigente de la Coordinadora de Mujeres Rurales e Indígenas (Conamuri) de Paraguay, en un video publicado el 28 de marzo. La Conamuri respalda la campaña “Libertad a los Seis Presos Políticos”, que este viernes 31 sumará más elementos, cuando se presente el libro «Desde nuestro rincón de lucha: Memorias de una década de injusta prisión».

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Agustín Acosta, Simeón Bordón, Basiliano Cardozo, Gustavo Lezcano, Roque Rodríguez y Arístides Vera son los seis presos políticos por los que reclaman la liberación; fueron condenados a 35 años de prisión. “En todo el juicio, que ha sido muy irregular, no ha habido ni un solo indicio, ni una sola prueba que los vincule con el asesinato y el secuestro”, explicó Álvarez. Agregó que el Estado paraguayo es un Estado burgués que responde a la clase oligárquica y que crea las leyes para defender a la clase dominante. La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay ha señalado que se violaron “al menos 41 artículos del Código Procesal Penal en el proceso del juicio”, dijo Álvarez, que hizo énfasis al expresar que “cuando la legislación burguesa se viola a sí misma para poder condenar, no por un hecho sino por una ideología, un pensamiento, es ahí cuando hablamos de que estos compañeros son presos políticos”.

Enjuiciamiento

Los seis campesinos fueron llevados a dos juicios. El primero fue porque eran miembros del directorio del Partido Patria Libre, acusado del secuestro y asesinato de Cubas. “Son acusados del secuestro por omisión de auxilio, porque sabiendo de que hubo un secuestro no dieron el aviso a las autoridades. Por esa razón fueron imputados inicialmente”, detalló Álvarez. A partir de las pruebas de la Fiscalía y los testimonios recabados, en 2005 el juez Pedro Mayor Martínez los sobreseyó, por no hallar “ni un solo indicio que vincule que ellos sean responsables del asesinato y que hayan hecho esta omisión”, relató la dirigente.

“Fueron liberados y empieza una persecución, amenazas telefónicas a ellos y a sus familiares y la Fiscalía vuelve a abrir un nuevo juicio. Eso es ilegal, los juicios terminados no se pueden abrir por la misma causa”, reclamó. Los imputaron nuevamente y pidieron refugio político en Argentina; las autoridades paraguayas ordenaron su captura. En paralelo el abogado de la querella, Enrique Bacchetta (ahora senador por el Partido Colorado, el de Raúl Cubas) y Mirta Gusinky, madre de Cecilia Cubas y ahora también senadora por el Partido Colorado, “viajaron a Argentina para tener una entrevista con la Corte Suprema de Argentina y solicitan que se extradite a los paraguayos”, continuó Álvarez. Durante dos años y siete meses los seis presos fueron recluidos en las cárceles argentinas de Villa Devoto y Marcos Paz, mientras se desarrollaba el juicio por la no extradición, que se terminó perdiendo, en octubre de 2008. “Estamos seguros de que esas visitas incidieron”, sostuvo la dirigente. Fueron encarcelados en Paraguay y en 2012 comenzó el juicio contra ellos. En julio de 2012 fueron condenados a 35 años de prisión. Álvarez señaló que la sentencia se dictó pocos días después de la destitución del ex presidente Fernando Lugo. La condena se dio “en pleno silencio, sin acompañamiento social” y que fueron catalogados como terroristas. La sentencia fue apelada pero la Justicia la ratificó y ni siquiera reconoció el tiempo que estuvieron presos en Argentina.

“Los necesitamos afuera”

Álvarez reseñó uno por uno quiénes son los seis presos políticos. Todos son campesinos, integrantes del Movimiento Agrario Popular, varios de ellos eran dirigentes Sin Tierra y algunos son educadores populares. “Eran formadores políticos de las bases” resumió la dirigente. Destacó que desde la cárcel continúan funcionando como un colectivo. “Si no fuesen un colectivo estarían hoy destrozados por el abandono al que fueron sometidos por la sociedad”, evaluó Álvarez. Acotó que el Partido Patria Libre fue endemoniado por la opinión pública, dando una imagen monstruos, de que eran todos asesinos y terroristas. “Eso es lo que buscamos romper. En ese proceso de fortalecernos como organización de clase trabajadora con Conamuri nos solidarizamos con el caso Curuguaty y es el caso Curuguaty que nos lleva a conocerlos”.

Conamuri, junto con el Partido Comunista de Paraguay, algunos habitantes del país y la solidaridad internacional lanzó la campaña por la liberación de los seis presos políticos. Álvarez señaló que el golpe de Estado en Paraguay trató de frenar el avance popular que se estaba viviendo: “el golpe de Estado no fue contra Lugo, fue contra nosotros y contra nosotras que estábamos en esa tentativa de intentar un gobierno propio, fue la imagen de Lugo pero son las organizaciones populares las que lo reciben, y estos seis compañeros lo reciben también porque por eso se da la condena ejemplar de ellos de 35 años”, acusó.

La dirigente destacó que los seis presos reúnen la convicción dada por “el corazón” y “la intelectualidad”. “Con esa simpleza campesina, pudieron darnos a entender por qué ellos son presos políticos y por qué nosotros y nosotras necesitamos también luchar por la libertad de ellos. Nosotros los necesitamos fuera, con nosotros, con nosotras, en nuestras luchas, porque necesitamos formarnos y tener formadores como ellos”, reclamó Álvarez.

La campaña será relanzada también en Argentina, donde el caso durante la extradición tuvo un fuerte impacto, a diferencia de lo que ocurría en aquel momento en Paraguay, dijo Álvarez. “En Paraguay ha sido callado porque se vendió el cuco del Partido Patria Libre, el cuco de los seis campesinos y se endiosó a Cecilia Cubas. Nosotras lamentamos muchísimo, condenamos dramáticamente su asesinato y la forma en que la mataron, no sabemos quiénes, pero hay indicios de que alta jerarquía policial, militar, ha estado involucrado en ese hecho y por eso no se va a investigar, igual que en el caso Curuguaty no se investigan las muertes campesinas porque están involucradas fuerzas policiales de alta jerarquía y hay intencionalidad de ocultar y eliminar esto”, acusó. En ese esquema, los seis presos son los chivos expiatorios, razonó.

Condenados políticos

El vocero del grupo es Agustín Acosta, educador popular que era el secretario general del Partido Patria Libre cuando fue capturado por la Policía en Argentina. En la charla que dio Álvarez, y que fue registrada en el video elaborado por Voces en Lucha, hay una grabación con un mensaje de Acosta, desde la cárcel de Tacumbú, en Asunción del Paraguay.

“Los seis dirigentes presos políticos somos víctimas de una persecución política desde un poder del Estado que es el poder Judicial, manejando por una mafia que opera prácticamente detrás del poder y nosotros fuimos condenados políticamente. No nos condenaron en términos jurídicos, nos condenaron en términos políticos, por eso decimos que somos presos políticos, somos presos políticos los seis dirigentes campesinos, nos reivindicamos luchadores porque nuestros orígenes son las organizaciones campesina, somos dirigentes de bases de las organizaciones campesinas, venimos de las bases”, explicó Acosta sentado en la cama de su celda.

Acusó que fueron condenados por su convicción política, “por criticar el Estado corrupto que tenemos”. “Nuestro caso representa un ’quedate quieto’ para los dirigentes de base. Eso significa el caso de los seis, es una condena política la que nos dieron, no hay otra forma de explicarlo, porque violentaron 41 artículos del Código del Proceso Penal y varios artículos de tratados internacionales para producir la condena que nos dieron”.

Reivindicó que la lucha es por los cientos de campesinos asesinados durante la dictadura (1954-1989) y los más de 150 asesinados “en este proceso democrático que llaman en Paraguay, desde el 89 hasta la fecha”, incluyendo a los caídos en Curuguaty, y lamentó que ninguna de esas muertes haya sido investigada.

Acosta pidió apoyo para visibilizar y romper “el cerco mediático que ha generado el sistema en contra de nosotros, eso es lo que puede hacer la sociedad, cuestionar por qué se nos condenó de esa forma, sin pruebas, sin argumentos valederos en términos jurídicos, se nos condenó en términos políticos”, reafirmó.

Los seis trabajan en Tacumbú y envían dinero a sus familias. Al mismo tiempo, desarrollan un trabajo de educación a otros recluidos en el penal, “colaboramos en formar criterios dentro de este mundo tan inhumano en el que nos toca vivir diariamente”, dijo.

Letra impresa

Este viernes 31 se lanza en Asunción el libro Desde nuestro rincón de lucha: Memorias de una década de injusta prisión, que recoge cartas escritas y recibidas durante el proceso judicial que los condenó. La actividad es parte de la campaña por la liberación.

La reseña publicada en el sitio web de Conamuri expresa: “Las cartas son el medio que estos dirigentes campesinos y, sobre todo, educadores populares, encontraron para comunicarse con la sociedad y seguir realizando trabajo político e intelectual para contribuir con el análisis de la coyuntura social del país, lo que demuestra que, si bien los han privado de su libertad física, el compromiso con la emancipación de la clase trabajadora y campesina continúa firme”.

Imagen: Perla Álvarez. Captura de pantalla del video «Los seis campesinos de Paraguay», de Vocesenlucha.

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