15 de octubre de 2013
Kuña Campesina ha Indígena oguata, omba’apo ha ojesape’a Capitalismo ha Patriarcado renondépe
Mujeres campesinas e indígenas organizadas en la Conamuri, provenientes de 11 departamentos del país, militantes y dirigentas, nos reunimos en Asunción para recordar el transitar de la organización durante 14 años, desde aquel 15 de octubre de 1999, cuando en el marco del Día Mundial de las Mujeres Rurales, 300 campesinas e indígenas nos convocamos en la capital del país para dar comienzo a este largo proceso de construcción.
Desde un principio, hemos buscado la transformación de la sociedad a través del avance hacia nuevas relaciones entre hombres y mujeres, bregando por la igualdad y la justicia social, posicionándonos contra el patriarcado y el imperialismo.
En este encuentro hemos recorrido nuestra historia desde su nacimiento, visualizando su proyección como organización autónoma, hacia una identidad propia enmarcada en el feminismo campesino y popular; hemos discutido y reflexionado acerca de nuestras realidades comunes y problemáticas particulares y los desafíos que la coyuntura y la historia nos colocan.
Hemos forjado nuestros pasos a través del trabajo conjunto, recogiendo conquistas y alegrías, además de dificultades, pequeñas y medianas crisis que nos han obligado a ser más fuertes, logrando los mecanismos apropiados para seguir avanzando. Reconocer nuestros errores y dificultades, con el ejercicio de la reflexión constante y la autocrítica, es una conducta propia de personas que aspiran a ser mejores. Ese es un principio que orienta nuestro caminar.
Luego de una enriquecedora jornada:
REIVINDICAMOS la construcción del feminismo como un medio para alcanzar el socialismo, por constituirse en una idea emancipadora que entraña una verdadera transformación social en la práctica, donde los discursos vacíos de contenido quedan sobrando.
REPUDIAMOS las decisiones que están siendo asumidas por el gobierno actual en cuanto a su política privatista y de despojo a nuestros bienes comunes, en un periodo en que las transnacionales se están instalando masivamente en la nación, con apoyo de los gobiernos de turno.
RECHAZAMOS la militarización y la persecución a los movimientos campesinos y comunidades indígenas porque son herramientas de opresión y blindaje al extractivismo y la extranjerización del territorio. RECHAZAMOS también la criminalización de nuestros medios alternativos con lo cual pretenden acallar nuestras voces.
RECONOCEMOS que el gobierno de Horacio Cartes es el continuismo de aquel surgido como consecuencia del golpe de Estado parlamentario, aquel que, a su vez, bebió y se alimentó de la sangre de los campesinos asesinados en Marina Kue el 15 de junio de 2012, en un escenario que puso fin al débil proceso democrático durante el gobierno de Fernando Lugo.
DECLARAMOS nuestra absoluta oposición a la ley que garantiza el remate de todos los bienes públicos al mejor postor, conocida como la Alianza Público-Privada, porque representa el proyectil que apunta directo hacia el corazón mismo de nuestra soberanía.
EXIGIMOS al Estado y al gobierno actual el respeto a nuestras formas de vida, cultura e idiosincrasia, como poblaciones del campo. NO QUEREMOS ser esclavas modernas como consecuencia de la instalación de las maquilas ni ser productoras o consumidoras de semillas transgénicas.
MANIFESTAMOS también que el Chaco es el territorio que ha sido protegido por nuestros abuelos y nuestras abuelas, casa de numerosas etnias con cosmovisiones específicas, y que hoy es botín de guerra de las empresas del agronegocio, que en su afán de expandirse, compran y venden nuestros territorios, incluidas nuestras comunidades, además de deforestar nuestros bosques, dejándonos sin la fuente de nuestros sustentos, exponiéndonos al exterminio pues nos consideran, junto a las comunidades campesinas, un estorbo para SU modelo de desarrollo, que no condice con nuestro concepto del Buen Vivir. DENUNCIAMOS también hechos como el Rally deportivo, que invade nuestro territorio y coloca a las mujeres en situación de mayor vulnerabilidad.
NOS SOLIDARIZAMOS con las luchas en torno al conflicto de tierras, en una disputa permanente entre las comunidades campesinas e indígenas y los terratenientes, sobre todo, con la población de Ñacunday, Marina Kue, Barbero, Laterza Kue y los pueblos originarios que están siendo violentados en sus derechos al pretender la modificación de la Ley 904 para legitimar el saqueo contra sus territorios ancestrales.
LLAMAMOS a la unidad de los sectores populares organizados porque sus luchas particulares también son las nuestras como clase trabajadora, INSTAMOS, por lo tanto, a organizar la solidaridad. NOS RECONOCEMOS en alerta por la defensa de nuestra biodiversidad, que está siendo seriamente amenazada a través del ingreso masivo de las semillas transgénicas y por el uso de agrotóxicos, el acaparamiento de tierras y la deforestación de los bosques, la privatización del agua y otros bienes naturales. La protección de la Madre Tierra es el símbolo de la continuación de nuestra vida como habitantes en este planeta. Por eso la lucha es por la sobrevivencia, y contra las poderosas corporaciones transnacionales del agronegocio. Así también, LLAMAMOS a la lucha permanente en contra del patriarcado y del sistema capitalista que nos deshumaniza, nos aísla y nos sumerge en la miseria.
NUESTRO COMPROMISO es fortalecer nuestras organizaciones de base y nuestras articulaciones a través de la formación política, la movilización constante, la producción agroecológica para fortalecer la democracia y defender la soberanía alimentaria, territorial, cultural y energética de nuestro país, además de reivindicar la soberanía de nuestros cuerpos, manteniéndolos libres y sin violencia.
¡Por la construcción de una sociedad socialista que se nutre y fortalece con el feminismo, CONAMURI lucha!