Desde la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri manifestamos nuestra solidaridad con las y los huelguistas que se encuentran desde el 31 de julio asumiendo una medida de protesta que pone en riesgo sus vidas, pero que a la vez es la expresión supina del deseo de justicia y libertad para con el compañero presidente Lula da Silva.
Nos sumamos al reclamo de las compañeras y los compañeros, integrantes de movimientos populares de Brasil, dirigido al Supremo Tribunal Federal, convencidas de que el encarcelamiento de Lula forma parte de una macabra red tejida por la oligarquía para frenar su regreso a la presidencia del Brasil.
Desde Paraguay extendemos nuestro abrazo solidario al pueblo brasileño que quiere decidir su destino de emancipación lejos de la mafia incrustada en la estructura de los poderes fácticos. La historia paraguaya contemporánea también está dolida por la existencia de presos políticos, presos de conciencia y presos de la Reforma Agraria, que han tenido que ceder el bien más valioso de un ser humano después de la vida, que es su libertad, por no doblegar su espíritu ni dejar que nada haga mella sobre sus convicciones políticas.
En esta mala hora de la historia de Latinoamérica, donde hay presos por luchar, donde hay asesinato impune de dirigentes políticos, necesitamos fortalecer la solidaridad internacionalista para hacer frente a la criminalización de las luchas sociales.
¡No pasarán!