Por la revolución agraria, interculturalidad y la soberanía alimentaria

“Promover  la movilización con organización por la revolución”
 
1. Exigir al gobierno dejar atrás el modelo desarrollista de corte capitalista por la construcción de un nuevo modelo de desarrollo socialista para el Sumak Kausay que implica políticas de democratización de los medios de producción, re-distribución de la riqueza y diversificación de las formas de propiedad y organización.
 
Acciones concretas:
· Desprivatizar el agua y fomentar su gestión pública y comunitaria. Esto supone la eliminación de los entes privados de administración del agua montados durante toda la etapa neoliberal. No es admisible que empresas como INTERAGUA sigan existiendo a pesar de su desastrosa gestión y  los comprobados perjuicios que ha ocasionado en Guayaquil.
 
· Promover una profunda revolución agraria participativa e integral con políticas dirigidas a promover el acceso equitativo a la tierra. Para ello se necesita del diseño e implementación de instituciones que estén totalmente enfocadas hacia facilitar el proceso de redistribución de la tierra. En este contexto la creación del Fondo Nacional de tierras es de importancia radical pues crea el mecanismo idóneo para obtener los fondos suficientes para este proceso.
 
· La diferencia entre lograr o no lograr el esperado proceso de redistribución, dentro del marco constitucional, radica en si existen los suficientes fondos para esto. La redistribución de la tierra debe estar enfocada en particular hacia las mujeres rurales diversas y jóvenes, garantizando la propiedad en sus distintas formas para erradicar la concentración y el latifundio.
 
· Construir y alentar el desarrollo de sistemas productivos  agroecológicos y de sistemas de comercialización basados en ferias populares y contacto directo entre pequeños  productores y consumidores  con impulso decidido del aliento a la Soberanía Alimentaria.
 
· Es necesario avanzar hacia la implementación, en un limitado periodo de tiempo, a un salario de equidad que iguale las necesidades básicas de las y los ecuatorianos con su poder adquisitivo. En el pasado inmediato las declaraciones de implantación de este tipo de conceptos han recibido el freno desde los espacios empresariales con ayuda de las crisis locales y mundiales experimentadas. Las declaraciones de llegar al establecimiento de un salario “digno”, establecido en 320 dólares, no se han concretado en los hechos y tampoco se ha visibilizado programas ordenados para posibilitar esto en un corto plazo.
 
· Impulsar un proceso de  Reforma Agraria, la que debe ser el camino para: a) restablecer la justicia en el campo entregando la tierra a quienes la trabajan, demanda histórica de sectores campesinos, los indígenas y afros; b) Detener la  política agraria capitalista que promociona  y prioriza el agronegocio, la agroexportación; los agrocombustibles y monocultivos que contaminan y destruyen  la naturaleza, encarecen el precio de los alimentos, es causante de epidemias y pandemias y permite la dependencia de las grandes transnacionales productoras de agrotóxicos; c) restituir las tierras a los sectores indígenas,  campesinos y afros.
 
· En este sentido, es de radical importancia avanzar en la organización de los grupos de campesinos sin tierra y sin agua (GCSTA) como una nueva de organización apta para presionar el avance de los cambios en el sentido de la redistribución de la tierra y del agua. Estos grupos deben expresar el avance de los cambios y el retroceso de los grupos de derecha que rondan a movimientos país.
 
2. Exigimos pasar de la visión liberal de la democracia, a una democracia comunitaria y popular: El triunfo de la entelequia llamada ciudadanía implica la desaparición de la escena política de los sectores organizados populares, que no pueden ser atacados bajo el argumento simplista del corporativismo. Es totalmente inaceptable, que toda la organización de los sectores populares, construida por décadas, sea anulada por la novelería de sectores pseudo izquierdistas que plantean, solo desde la teoría, la construcción de esquemas de sociedad y de socialismo sin participación social.
 
El país no necesita ser diluido dentro del individualismo de los ciudadanos, necesita ser construido alrededor de la solidaridad, de la organización y participación social concreta. Esa organización ha venido evolucionando hacia la desgremialización de sus estructuras y hacia el desarrollo de visiones integrales sobre el país y sobre sus estructuras políticas sociales y económicas.
 
Sin embargo, esto solo puedes ser logrado por completo si el Estado avanza hacia formas de participación cada vez más profundas, hay que avanzar hacia el desarrollo de una democracia participativa radical que substituya a la vieja y caduca democracia representativa.
 
Acciones Concretas:
En este ámbito es de fundamental la  promoción y fortalecimiento y autonomía de la Conferencia Nacional de Soberanía Alimentaria (CNSA), que esta prescrita por ley, como un nuevo mecanismo para la elaboración de leyes con participación social.
 
3. Exigimos dejar atrás el estado colonial monocultural y neoliberal hacia un Estado y sociedad Intercultural, Incluyente y Solidario:
 
Existe en el Ecuador una conciencia sobre la urgencia de impulsar la interculturalidad, además, que está reconocida en el nuevo marco constitucional. Pero nuestro país tiene mucho camino que recorrer para consolidarse como intercultural. Para ello debe no solo renovar sus leyes, sino sus instituciones, su tejido social interno. Todo eso supone el impulso de nuevas prácticas culturales. Y para ello el sistema educativo es crucial. Ecuador tiene el mérito de haber creado un sistema especial de educación indígena “bilingüe intercultural”. Este es un paso serio, que debemos apreciar, sobre todo porque se propone como objetivo la interculturalidad. Pero ese sistema educativo tiene que ser ciertamente  intercultural. Ahora tiende más bien a ser etnocentrista, con una estructura aislada del conjunto de nuestra educación nacional.
 
Forjar una sociedad intercultural es una gran tarea y un gran desafío. Va mucho más allá de tomar medidas de estado o emitir leyes. Es, ante todo, impulsar desde el Estado, por una parte, y desde la propia sociedad por otra, el reconocimiento de las diferencias, la superación de los prejuicios, la valorización del otro, y la construcción de ese espacio común que podremos identificar como “propio” de todos.
 
Una sociedad intercultural es aquella en donde se da un proceso dinámico, sostenido y permanente de relación, comunicación y aprendizaje mutuo. Allí se da un esfuerzo colectivo y consciente por desarrollar las potencialidades de personas y grupos que tienen diferencias culturales, sobre una base de respeto y creatividad, más allá de actitudes individuales y colectivas que mantienen el desprecio, el etnocentrismo, la explotación económica y la desigualdad social. La interculturalidad no es tolerarse mutuamente, sino construir puentes de relación e instituciones que garanticen la diversidad, pero también la interrelación creativa. No es solo reconocer al “otro”, sino también entender que la relación enriquece a todo el conglomerado social, creando un espacio no solo de contacto sino de generación de una nueva realidad común. El Ecuador del siglo XXI debe ser esa realidad común.
 
Acciones concretas:
 
Exigir la pronta constitución de los Consejos de Igualdad en cumplimiento de los acuerdos de democratizar las instituciones como el CODENPE, CODAE, CODEPMOC, para viabilizar la construcción del Estado Intercultural. Asimismo, la implementación del Consejo de Movimientos Sociales por el Sumak Kawsay tiene como objetivo principal generar un espacio para definir una agenda política basada en el crecimiento del tejido social, movilización, formación, capacidad propositiva que discuta temas nacionales y sea una instancia de debate reflexión, consenso, seguimiento, información y debate entre gobierno y los movimientos sociales.
 
 
4. Convocamos a la construcción del Frente de Unidad Popular y Social para combatir a la individuación y al capitalismo:
Es necesario el desarrollo de un frente de los sectores populares organizados que avance hacia la complementariedad y que abandone viejas rencillas de origen gremial que coartan las visiones integrales y que proporcionan argumentos a las visiones pseudo – izquierdistas que intentan igualar a las organizaciones sociales del país con las visiones fragmentarias de los viejos esquemas de organización gremial.
 
Es necesario hacer ver que no solo la individuación, la dilución en la entelequia de lo ciudadano, asegura una visión integral. De hecho, la adopción de los conceptos de ciudadanía no solo que no construye visiones integrales, sino que lleva lo gremial antiguo hacia lo individual y por lo tanto fragmenta más la organización del pueblo. Es necesario demostrar que dentro de la organización social hay como evolucionar hacia visiones integrales que no atraviesen por la fragmentación y la no organización.
 
La FENOCIN debe avanzar hacia el diseño e implementación de espacios de encuentro y de coordinación entre los movimientos sociales del campo, primero, y luego entre todos los movimientos sociales y populares. Debemos lograr puntos de contacto cada vez más eficientes y, finalmente, debemos implementar una forma de relación entre todos que nos permita la construcción de visiones integrales del país y de la sociedad. Debemos abandonar los límites mentales del pasado, debemos hacer concesiones mutuas y debemos lograr complementariedades.