San Salvador, 21 marzo de 2011
Las organizaciones Campesinas que conformamos El Consejo Nacional de Trabajadores del Campo CNTC- CLOC – VIA CAMPESINA queremos aprovechar la ocasión de la visita que usted hace a nuestro país, para solicitarle su atención ante lo que a continuación exponemos:
La crisis económica global, el cambio climático, el narcotráfico, la inseguridad y la crisis alimentaria tienen su origen en un modelo económico impuesto a nuestros pueblos por las grandes potencias mundiales, principalmente los Estados Unidos. No omitimos expresarle nuestra insatisfacción en relación a la forma en la cual se han manejado las relaciones comerciales entre ambos países hasta hoy, siendo el CAFTA y sus impactos negativos el mejor ejemplo. Esperamos, señor presidente, que su gobierno asuma responsablemente lo que le corresponde ante las consecuencias que esos males provocan en nuestros pueblos.
La Alianza para el Progreso impulsada en los años sesenta no trajo progreso alguno, a nuestro pueblo. Informes de las Naciones Unidas lo confirman. El impulsor de ese programa fue el presidente John Kennedy, Demócrata como usted y también responsable directo de la invasión de tropas estadounidenses a Cuba en abril del año 1961. Fue también el presidente Kennedy quien dio inicio a la guerra contra el pueblo de Vietnam.
Ahora, cincuenta años después, usted se propone, casi con el mismo nombre, impulsar un programa denominado “partnership to grow” (asocio para crecer) entre nuestro pequeño país y el suyo, –inmensamente desarrollado. El presidente Kennedy no ocultó el propósito ideológico-político de aquel programa en el marco de la entonces denominada “guerra fría”. Con esta alianza pretendía abarcar a toda la América Latina, menos Cuba; Usted parece pretender abarcar únicamente a cuatro países en el mundo, dentro de los cuales El Salvador sería el único de nuestro continente. Pero Cuba, incluso ahora bajo su administración, señor presidente, sigue sufriendo el bloqueo impuesto hace ya más de cincuenta años.
Estaremos atentos, señor presidente, lo que signifique para nosotros en materia de desarrollo su programa: si realmente va a responder a las necesidades y prioridades de las grandes mayorías de nuestro pueblo, contribuir a superar el actual modelo de consumismo y a construir nuestra capacidad productiva, sin que ello implique condicionamientos de ninguna especie ni sirva a agendas políticas encubiertas. Hoy, le señalamos, con el respeto que su función merece, que nuestro pueblo no se dejará engañar esta vez. Es decir:
• Estamos dispuestos como pueblo, a hacer valer toda nuestra soberanía, sin distingos de ningún tipo y en un marco de autodeterminación de los pueblos; y que apoyaremos a nuestros gobiernos a establecer relaciones de amistad y cooperación plenas, no solamente comerciales y de negocios, con cualquier país del mundo, incluyendo a los países de la actual ALBA.
• Estaremos vigilantes sobre el respeto del mandato de creación del Centro de monitoreo de Comalapa; el cual, debe limitarse estrictamente al combate del narcotráfico. No permitiremos que ese centro sirva de plataforma para agredir a otros países, de la región o del Continente. No permitiremos tampoco que de la ILEA sigan graduándose torturadores.
Además, señor presidente Obama: ¿Por qué razones, teniendo usted la potestad presidencial, no ordena la liberación de los cinco prisioneros cubanos, condenados injustamente, sin prueba que se sostenga, a sufrir encarcelamiento en territorio norteamericano? ¿Qué presiones le impiden terminar con esa injusticia? ¿Qué razones, sobre la base de las conquistas de la civilización humana, a través del tiempo; y sobre la base del Derecho internacional le impiden hacer lo necesario para ponerle fin al bloqueo contra Cuba?
De igual manera manifestamos nuestro rechazo a cualquier política guerrerista e intervencionista en el mundo. En consecuencia rechazamos la decisión del Consejo de Seguridad de la ONU y condenamos cualquier tipo de intervención ante el conflicto interno en Libia.
En relación a los migrantes le exhortamos a trabajar de manera más decidida y con valentía y coraje, a favor del respeto de los derechos humanos, y en este sentido detener a los fabricantes de leyes racistas y discriminatorios en su país, dirigidas contra nuestros hermanos “hispanos”, quienes se ven obligados a dejar su tierra, debido a la imposición de modelos económicos que no han generado oportunidades de desarrollo para nuestros pueblos. Nuestros migrantes son parte fundamental del tejido productivo de la economía norteamericana, por lo que no basta con una solución temporal como el TPS sino una reforma migratoria integral que permita la legalización de todos los migrantes indocumentados.