16 de octubre de 2013
FENACLE, FEI, CONFEUNASSC, FENOCIN, CNC-ELOY ALFARO, organizaciones del campo Ecuatoriano, articuladas en un proceso unitario que permite la construcción conjunta de posicionamientos y propuestas que para alcanzar el Buen Vivir en el campo y la ciudad, trabajamos conjuntamente en la generación de propuestas de leyes, políticas públicas, programas y proyectos, que permitan que los pequeños productores del campo y los pescadores artesanales puedan mejorar sus condiciones y calidad de vida, así como contar con mejores condiciones para la producción de alimentos que garanticen la soberanía alimentaria en el país.
Nuestro apoyo a las y los Asambleístas que el día de ayer declararon el 16 de octubre como el «Día Nacional De La Soberanía Alimentaria».
Reconocimiento que hoy por hoy está revestido de suprema importancia; y que nos permite recordar a la asamblea nacional, las leyes de tierras, aguas, semillas, agrobiodiversidad, comunas que siguen pendientes; recordarle al ejecutivo la creación de un ministerio de soberanía alimentaria, la redistribución de tierras, la creación de un fondo de tierras, la construcción de una matriz productiva con campesinos.
Nos permite poner en la mesa de discusión la urgencia y la importancia estratégica de alcanzar la soberanía alimentaria, para el desarrollo del país:
Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer la producción, transformación agroalimentaria y pesquera de las pequeñas y medianas unidades de producción, comunitarias y de la economía social y solidaria.
Recordemos la urgencia e importancia que se adopten políticas fiscales, tributarias y arancelarias que protejan al sector agroalimentario y pesquero nacional, para evitar la dependencia de importaciones de alimentos.
Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer la diversificación y la introducción de tecnologías ecológicas y orgánicas en la producción agropecuaria valorizando nuestros saberes ancestrales.
Recordemos la urgencia e importancia de promover políticas redistributivas que permitan el acceso del campesinado a la tierra, al agua y otros recursos productivos aún pendientes.
Recordemos la urgencia e importancia de establecer mecanismos preferenciales de financiamiento para los pequeños y medianos productores y productoras, facilitándoles la adquisición de medios de producción, como una nueva arquitectura financiera.
Recordemos la urgencia e importancia de promover la preservación y recuperación de la agrobiodiversidad y de los saberes ancestrales vinculados a ella; así como el uso, la conservación e intercambio libre de semillas.
Recordemos la urgencia e importancia de precautelar que los animales destinados a la alimentación humana estén sanos y sean criados en un entorno saludable.
Recordemos la urgencia e importancia de asegurar el desarrollo de la investigación científica y de la innovación tecnológica apropiadas para garantizar la soberanía alimentaria.
Recordemos la urgencia e importancia de regular bajo normas de bioseguridad el uso y desarrollo de biotecnología, así como su experimentación, uso y comercialización.
Recordemos la urgencia e importancia de fortalecer el desarrollo de organizaciones y redes de productores y de consumidores, así como las de comercialización y distribución de alimentos que promueva la equidad entre espacios rurales y urbanos.
Recordemos la urgencia e importancia de generar sistemas justos y solidarios de distribución y comercialización de alimentos. Impedir prácticas monopólicas y cualquier tipo de especulación con productos alimenticios.
Recordemos la urgencia e importancia que los alimentos importados no afecten la salud ni el futuro de la producción de alimentos producidos localmente.
Recordemos la urgencia e importancia de prevenir y proteger a la población del consumo de alimentos contaminados o que pongan en riesgo su salud o que la ciencia tenga incertidumbre sobre sus efectos.
Recordemos la urgencia e importancia de adquirir alimentos y materias primas para programas sociales y alimenticios, prioritariamente a redes asociativas de pequeños productores y productoras.
Recordemos que todos estos planteamientos están plasmados en la constitución y aún siguen pendientes