10 de junio de 2015
FORTALECER LA UNIDAD Y LA RESISTENCIA POPULAR CONTRA LAS POLITICAS NEOLIBERALES, DE DESPOJO Y EL CAPITAL TRANSNACIONAL
Con la presencia de numerosas delegaciones campesinas y de trabajadores de la agroindustria, llegados de las diversas regiones del territorio nacional, hemos realizado en la ciudad de Bogotá D.C. del 5 al 8 de junio el XI Congreso de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, «FENSUAGRO», con la consigna central VAMOS POR LA PAZ, LOS DERECHOS CAMPESINOS Y LA SOBERANIA ALIMENTARIA. La Fuerza y Energía de Mujeres, Hombres, Jóvenes y Niños del campo, se hizo sentir durante los cuatro días del magno evento de los fensuagristas, el cual contó con el acompañamiento y saludos de organizaciones hermanas del orden internacional y nacional.
Los delegados y delegadas asistentes al XI Congreso Nacional de Fensuagro;
DECLARAMOS QUE:
Como consecuencia de la crisis de carácter estructural en que se encuentra el campo colombiano debido a la aplicación de políticas neoliberales, ajustes institucionales y fiscales impuestas por el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo BID y la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico OCDE, a su vez sumisamente ejecutadas por el gobierno nacional, las cuales están llevando a mayores niveles de empobrecimiento y mendicidad a vastos sectores de la población colombiana, principalmente a quienes viven en los cinturones de miseria de las principales ciudades y zonas rurales del país.
Los tratados de libre comercio, el proyecto de ley sobre Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social, ZIDRES; el avance de los agro negocios, la concentración de la propiedad de la tierra, las locomotoras minero-energéticas y del recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo en su referente a la Transformación del Campo, son complementarios a las políticas que buscan una mayor concentración de la riqueza y consolidación del capital financiero transnacional en nuestra nación y el despojo de nuestros territorios.
La Guerra sigue siendo el principal instrumento de despojo y concentración de riqueza por parte de la oligarquía Colombiana en alianza con el capital transnacional y el poder destructor del imperialismo. El campesinado, los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y en general la clase trabajadora de nuestro país han venido siendo despojadas sistemáticamente de sus derechos fundamentales. Hacen parte de esta maquinaria de guerra y despojo, el poder ejecutivo, el legislativo y la rama judicial que se conjugan rítmicamente al son de los intereses del capital transnacional y nacional.
La violencia y persecución sistemática contra los campesinos y pueblos indígenas, no es un hecho reciente; esta se remonta a los primeros años del siglo pasado, que se prolongó durante todo el siglo XX y lo que va del siglo XXI. El Actual Conflicto Armado tiene sus raíces en las causas históricas de la violencia, la persecución política y despojo contra los pobladores rurales. También a la abierta intervención e injerencia del imperialismo Norteamericano en nuestro país.
Más de 9.900 presos políticos en Colombia demuestra que un país como el nuestro con la «Democracia más antigua» del continente es una solemne mentira, las cifras no mienten más de siete (7) millones de desplazados, miles de desaparecidos, cerca de diez (10) millones de hectáreas de tierra robadas al campesinado. En el caso particular de FENSUAGRO, 130 de sus miembros se encuentran encarcelados con falsos montajes, entre ellos su Vicepresidente HUBER DE JESUS BALLESTEROS GOMEZ.
Los diálogos de Paz que se desarrollan en la ciudad de la Habana- Cuba, entre el Gobierno Colombiano y la guerrilla de las FARC- E.P, es la mayor esperanza de la sociedad colombiana para que se alcance un acuerdo definitivo que ponga fin a la confrontación armada y abra el camino a la solución política, que posibilite la paz estable, duradera y la justicia social. Desde nuestra Federación, llamamos a las partes a cumplir su palabra de no levantarse de la mesa de negociación, hasta tanto no se haya firmado el acuerdo final. Al mismo tiempo al Gobierno Nacional a poner en práctica de inmediato los acuerdos hasta ahora alcanzados en materia de políticas agrarias y demás acuerdos que contribuyan a generar confianza y apoyo social al proceso de negociación.
FENSUAGRO se declara en proceso constituyente, dedicando el tiempo necesario a promover y organizar la convocatoria de una ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE, que posibilite materializar los acuerdos de la Habana en una Nueva Constitución Política que garantice la paz como un principio fundamental de los Colombianos/as, la justicia social, la democratización de la Riqueza y de la vida política de la nación. La Asamblea Nacional Constituyente deberá sentar las bases para la construcción de una sociedad democrática, con autodeterminación, antiimperialista y con plenitud de soberanía nacional. La paz deberá pasar a ser un principio fundamental del pueblo colombiano, la cual deberá garantizar de manera gratuita a todos los colombianos/as el derecho a la salud y la Educación; a gozar de una vivienda digna, el acceso al agua potable, a los alimentos de buena calidad, al trabajo digno, a la tierra para las comunidades campesinas y étnicas que no la posean y demás componentes que permita el apoyo directo del estado a la Economía Campesina.
Las riquezas y bienes naturales deberán ser declaradas patrimonio estratégico de los colombianos/as prohibiéndose su privatización y extranjerización. La tierra tendrá una función social y ecológica, será nula la gran propiedad monopólica en manos de particulares. Se deberá desarrollar una legislación que garantice el control efectivo y eficaz contra la evasión de impuestos de las empresas transnacionales, nacionales y los capitales golondrinas. Se expulsaran del país aquellas empresas que violen los derechos fundamentales de los trabajadores.
Los millones de campesinas/os que fueron despojados de sus tierras, territorios y demás bienes, continúan esperando del estado su devolución. La ley de Victima no ha pasado el examen después de sus primeros cuatro años de vida; según el propio gobierno solo 86 mil hectáreas han sido devueltas, de las 10 millones que según los propios campesinos/as les han sido robadas por los narco latifundistas.
El reconocimiento de los Derechos de los campesinos colombianos debe concretarse de forma inmediata. La deuda social que tiene el estado con los campesinos debe ser reconocida y pagada prontamente. Los campesinos/as alimentan a los colombianos/as, al mismo tiempo son protectores de la naturaleza, los ecosistemas, el medio ambiente, son productores de cultura y vida.
Desde FENSUAGRO impulsaremos y nos movilizaremos por la implementación de Políticas Agrarias Democráticas que tengan como eje central la REFORMA AGRARIA INTEGRAL Y POPULAR. Políticas Agrarias que fortalezcan la producción de la economía campesina, que recupere la soberanía alimentaria de los colombianos y que garantice la seguridad social y pensiones para los pequeños y medianos productores campesinos, que democratice los latifundios permitiendo el acceso gratuito a la tierra de los campesinos que no la poseen, que prohíba la transnacionalización de la tierra, los grandes agro negocios, que favorezca la defensa de la producción de alimentos, que de impulso a las Zonas de Reservas Campesinas. En general la puesta en práctica de una reforma agraria que permita vida digna para las millones de familias campesinas de nuestra patria.
El recién aprobado Plan Nacional de Desarrollo por el Congreso de la Republica se convierte en un nuevo instrumento de exclusión y desarraigo contra el campesinado, los pueblos indígenas y comunidades afro descendientes. Las verdaderas intensiones del Plan es continuar consolidando en el caso del campo los agro negocios, la venta de la biodiversidad y bienes genéticos y en general convertir la naturaleza en el gran negocio atreves de la denominada economía verde. De otra parte se trata de dar continuidad a las locomotoras del desarrollo en lo atinente a la gran minería, a la producción energética y la explotación petrolera. Como lo han denunciado otros sectores de la sociedad Colombiana el Plan Nacional de Desarrollo está dirigido a garantizar una nueva etapa de acumulación de capital, estrechamente relacionado con la profundización del modelo neoliberal.
La autorización al Presidente de la República por un periodo de seis (6) meses para que reestructure, cree o suprima las instrucciones del sector agropecuario se puede convertir en un abuso de poder, de no tenerse en cuenta la participación en la toma de decisiones de las comunidades y organizaciones campesinas, indígenas, afro descendientes, raizales y trabajadores del sector, en lo atinente al tipo de institucionalidad que se requiere para desarrollar una política agraria, que recoja las exigencias del movimiento campesino representada en la CUMBRE AGRARIA ETNICA Y POPULAR y los acuerdos de la HABANA. Una Institucionalidad con adecuados recursos económicos, con talento humano y con una amplia participación y poder de decisión de las organizaciones y comunidades campesinas y étnicas, quienes deberán ser consultadas por la Institución del caso, de manera obligatoria e incorporar sus propuestas en los planes a desarrollar.
Nos comprometemos a continuar consolidando la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular conjuntamente con las fuerzas sociales y populares que la integran como un espacio de unidad en la diversidad pero comprometido con la movilización y la lucha permanente contra las transnacionales, por la recuperación de la tierra, el territorio y la vida digna. De igual manera, a organizar y preparar unitariamente las acciones de protestas populares hacia el PARO AGRARIO Y POPULAR, ante los incumplimientos por parte del Gobierno Nacional a los acuerdos pactados en el 2013 y 2014 con el Movimiento campesino y los pueblos indígenas que hacemos parte de la Cumbre.
De igual manera llamamos a redoblar esfuerzos desde los sectores agrarios, campesinos, étnicos, populares, sociales y políticos a fortalecer el Frente Amplio por la Paz que permita alcanzar de manera inmediata el Cese al Fuego Bilateral, el desescalamiento de las acciones militares y la pronta firma de un acuerdo que le ponga fin a la confrontación armada, hacia una paz estable, duradera y con justicia social; cerrando de paso el camino a las fuerzas reaccionarias que pretenden condenar a la mayoría de la sociedad colombiana al escabroso y doloroso camino de la guerra y la violencia sistemática a la que han sido sometidas las organizaciones sociales y populares del país.
La realización de la Primera Asamblea de mujeres campesinas, de la Primera Asamblea de jóvenes campesinos y el Primer Congresito de niños y niñas FENSUAGRISTAS, después de un proceso de fortalecimiento local y regional, es una muestra de los avances organizativos y políticos de nuestra Federación. Las Mujeres y Jóvenes Fensuagristas, han contribuido de forma práctica, dinámica y entusiasta en el XI Congreso de Fensuagro a la construcción de los lineamientos políticos de la misma para los próximos cuatro (4) años, al mismo tiempo sus aportes han enriquecido el Programa Agrario para la acción y transformación democrática del campo colombiano. Los Niños y Niñas campesinas Fensuagristas, que desarrollaron su Primer Congresito dejaron impregnadas las huellas de la ternura y el amor en cada uno de los corazones de los delegados asistentes al XI Congreso.
Entendiendo que la actual coyuntura política nos coloca ante nuevos retos y dinámicas locales, municipales, departamentales, regionales y nacionales, que no podemos desconocer como integrantes Fensuagristas del Movimiento Político Marcha Patriótica y la Unión Patriótica, la cual nos llama a convocar a nuestros afiliados a trabajar por la más amplia CONVERGENCIA PROGRAMATICA de cara a las elecciones del próximo 26 de octubre. Siempre con la claridad que la construcción de una nueva democracia va más allá de la elección de unos individuos a determinados cargos de elección popular, es necesario también ejercer el Control Político sobre los Elegidos y de éstos no cumplir el mandato para el cual fueron designados por las mayorías, se debe tener la capacidad de revocar los mandatos de los mismos. Es necesario de igual manera aclarar que las elecciones no son un fin en sí mismo, sino un medio que permita cambiar la actual correlación de fuerzas a favor de los cambios que requiere la Sociedad Colombiana.
VAMOS POR LA PAZ
LOS DERECHOS CAMPESINOS Y LA SOBERANIA ALIMENTARIA.