En el día en que el asesinato de Marielle Franco completa un año, las mujeres del Movimiento Sin Tierra de Brasil prestan un homenaje a la memoria de la concejala asesinada y cierran su jornada de luchas denunciando los crímenes de Vale.
En la mañana de este jueves 14/3, cerca de 400 mujeres denunciaron el asesinato en masa de trabajadoras y trabajadores, con el quiebre del dique Córrego de Feijão, en Brumadinho-Minas Gerais; la violencia de la minería explotadora contra las mujeres; la amenaza al abastecimiento de agua a la población generada por las mineras y su total responsabilidad ambiental, además de la evasión sobre el sistema previdencial y el no pago de impuestos sobre la extracción mineral. Las mujeres pararon el tren que transportaba minerales de hierro extraídos de la región del cuadrilátero de hierro, cercano al centro de Sarzedo, ciudad vecina a Brumadinho.
“La jornada de este año denuncia todo el tejido de relaciones que amenazan la vida de las mujeres. Por eso nuestro lema es “Por la Vida de las mujeres, somos todas Marielle”. Desde la ejecución de Marielle por un estado miliciano paralelo, que ahora está relacionado a la familia que asumió a la presidencia, hasta las actividades más criminales de minería, todo eso hace parte del mismo sistema capitalista. Quien manda en el sistema no se interesa con la vida o con las personas, quieren más y más lucro a cualquier costo. Las primeras en sufrir las consecuencias de eso, somos nosotras, mujeres”, explica la Dirigente Nacional el MST, Ester Hoffmann.
Sarzedo es uno de los varios municipios mineros amenazadas por diques. El lodo de otra minera, Itaminas Comércio de Minérios S.A, podría acabar con casi la mitad de la ciudad. Recientemente, en una audiencia publica con la empresa, los habitantes denunciaron problemas relacionados a la estabilidad de 3 represas. La empresa afirma que apenas la represa B4 tendría problemas. Las actividades de Itaminas fueron suspendidas por un recurso, desde el día 7 de febrero del 2019, hasta que ella realice una serie de adecuaciones y ajustes. De acuerdo con el informe de la Policía Militar de Medio Ambiente “(…) gran parte de los instrumentos utilizados para el referente de monitoreo, piezómetros
hidráulicos, estaban dañados”. También en las sirenas en las áreas que podrían sufrir con un eventual quiebre.
En la misma ciudad, se encuentra la mina Jangada, responsable por 7% de toda la extracción de Vale. De ella salieron parte de los rellenos que enterraron el Corrego do Feijão y mataron al rio Paraopeba. Se registran 308 personas asesinadas por Vale, 67 son mujeres, y así, 136 niños quedaron huérfanos.
Vida de las mujeres y minería
En Minas Gerais 1.7 millones de personas viven en ciudades donde hay al menos una represa de rellenos calificada de alto riesgo o daño potencial. En contraposición la recaudación del CFEM en reales en el Estado es exorbitante. El municipio de Brumadinho recaudó en Compensación en 2017 más de U$9 millones. Sin embargo, ese impuesto no corresponde con el desarrollo de la región, que pasa a ser minero dependiente quedándose apenas con las consecuencias de un modelo minero que está estrechamente vinculado a la lógica capitalista depredadora, que saquea bienes naturales y los transforma en mercadería.
“La VALE mató a mi hermano. Fue un crimen que conmocionó a mi familia y nuestra comunidad. Mató al Rio Paraopeba que era nuestra fuente de sustento, donde mi hermano y nuestra familia pescaba. Nuestro río ahora llora minerales, llora agua y llora sangre. Tiene mucha sangre humana, da mucha tristeza”, Izabel André, habitante de Tejuco.
Lo que queda para las mujeres que viven en territorios donde están instaladas las mineras es la violencia, prostitución, explotación del trabajo, expulsión de territorios, contaminación de rios, problemas de salud física y psicológica propia y de sus hijos, jornadas extensas de trabajo, robo del agua y precarización de la vida.
Son ellas las primeras a ser impactadas, por eso están en la punta de la discriminación sistémica, del aumento de la desigualdad y de la perdida de la autonomia mientras como efecto de la actividad minera. Por eso también son las mujeres las primeras en organizarse para enfrentar el modelo minero y los cambios radicales impuestos en los territorios sobre sus modos de producción y reproducción de la vida.
“Queremos que las personas entiendan que el problema no son las represas, sino el modelo de explotación minero, que entrega todo al exterior, principalmente a China, para su beneficio. Sobra para Brasil el trabajo precario, la contaminación, lodo y falta de agua. Del total de la riqueza exportada apenas 10% queda en Brasil. Las empresas no tienen ninguna responsabilidad con el país y los gobiernos solo miran por encima, como también apoyan la expansión desenfrenada para recibir algún vuelto”, denuncia Maria Julia, de la Dirección del Movimiento Nacional por la Soberanía en la Minería.
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