Nosotrxs, La Vía Campesina, nos unimos al luto de las comunidades en Turquía y Siria tras los devastadores terremotos que afectaron a millones de personas en la región.
Enviamos nuestras más profundas condolencias a aquellxs que perdieron a sus familias, amigxs y vecinxs, y nos solidarizamos con todxs aquellxs que resultaron heridxs y afectadxs por los terremotos.
También saludamos al movimiento civil que reaccionó inmediatamente para rescatar y salvar vidas en las zonas afectadas.
Aunque la mayor parte de la información nos llega de lxs afectadxs en las ciudades y zonas urbanas, todavía nos falta información sobre la situación de lxs campesinxs y las zonas rurales. Además de las pérdidas en vidas humanas y animales, la destrucción en los pueblos es también muy importante en términos de producción y de medios de producción, como pienso animal y otros insumos necesarios para continuar la producción de alimentos y, por tanto, para sobrevivir.
Pedimos urgentemente el acceso a la información adecuada para evaluar los efectos de los terremotos y las necesidades específicas de lxs campesinxs afectadxs en las zonas rurales. Solicitamos la eliminación de todas las restricciones a los canales de comunicación que permitan acceder a la información desde y hacia las poblaciones que viven en las zonas afectadas.
Solicitamos urgentemente la revocación de cualquier sanción que perjudique a las poblaciones e instamos a que se envíe ayuda humanitaria a aquellxs que necesiten suministros básicos como agua, alimentos y alojamiento, sin discriminación por motivos de raza, etnia, religión o sexo.
Los terremotos agravaron, en el caso de Siria, la vulnerabilidad de las comunidades golpeadas por la guerra y los desplazamientos forzados desde hace más de una década. En Turquía, los efectos existentes de la crisis económica y política sobre la población se multiplicaron tras los terremotos. La mayoría de las pérdidas y daños humanos son consecuencia de la urbanización desmedida sin planificación ni controles que ha ido ocupando las zonas que antaño eran tierras agrícolas.
Además, el terremoto dejó a muchos niñxs huérfanxs y a merced de los secuestros de las redes de traficantes. Urgen políticas para prevenir esta terrible situación.
Creemos que las muertes y la devastación no son resultado de los terremotos, sino consecuencia de decisiones políticas inadecuadas que fomentan la especulación y el beneficio económico en lugar de priorizar la vida y la naturaleza. A pesar de que durante muchos años hubo advertencias de un terremoto de esta magnitud, las construcciones no se diseñaron teniendo en cuenta el derecho a una vivienda segura. Las pérdidas que se produjeron tras los terremotos no son casos aislados, ¡son crímenes políticos! ¡Defendemos firmemente la importancia estratégica de aumentar las tierras agrícolas en la región para garantizar la soberanía alimentaria en lugar de la especulación inmobiliaria que mata a la gente!
Exigimos :
• Medidas inmediatas para abolir todas las restricciones y sanciones perjudiciales para el pueblo, a fin de facilitar la entrega de la ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente las víctimas en Siria.
• Que los gobiernos sirio y turco abran más pasos fronterizos para permitir la entrega de ayuda, en lugar de limitar el tránsito entre Turquía y Siria únicamente al paso fronterizo de Bab al-Hawa,
• Responsabilizar a los corruptos culpables de la destrucción de tierras agrícolas para proyectos inmobiliarios y poner fin a esta práctica.
• A los gobiernos de Turquía y Siria, que trabajen en conjunto con lxs campesinxs y el pueblo en la planificación y ejecución de la reconstrucción, respetando su derecho a una vivienda adecuada y segura, así como el derecho a la alimentación y a la soberanía alimentaria, para que no haya dependencia de alimentos importados ni acaparamiento de tierras a través de los programas de reconstrucción y rehabilitación.
En La Vía Campesina, nos unimos una vez más a todos los pueblos y campesinxs de Turquía y Siria para expresar nuestro apoyo y solidaridad durante el proceso de reconstrucción. Seguiremos trabajando junto a nuestras organizaciones miembros en Turquía y en la Región Árabe y del Norte de África para globalizar la esperanza y globalizar la lucha.