El contexto de las luchas de las mujeres del campo (2002-04-01)

2002-04-01

El contexto de las luchas de las mujeres del campo

Itelvina Massioli, MST

La década de los ochenta, llamada como la década tecnológica y de reestructuración de la matriz productiva, fue un periodo marcado por el cambió del modelo llamado Fordista y la adopción de nuevos patrones que encaminaron hacia el incremento de la productividad del trabajo a nivel mundial, aumentando los recursos tecnológicos y disminuyendo la demanda de mano de obra, que arrojó entre sus resultados el incremento de la precarización. En el mundo, apenas 2,6% de la población económicamente activa está trabajando, y el 60% del total de la población se encuentra sin trabajo, o en trabajos informales.

En esa misma década, el capital industrial rápidamente se transformó en capital financiero, se afianzó este sector como eje central de la economía mundial y se internacionalizó la búsqueda de ganancias de corporaciones grandemente concentradoras, que no tienen ningún compromiso con el desarrollo.

Coincidentemente, por otro lado, se produjo también en los ochenta la derrota, en alguna medida, del movimiento sindical, también a nivel mundial. Y en el escenario geopolítico concurrió la derrota de los países socialistas del Este, que marcó el inicio de la hegemonía norteamericana en la economía y la imposición del dólar como moneda de referencia.

Esto definió un nuevo momento, marcado por el control y la subordinación de los organismos internacionales a los intereses del capital, especialmente financiero, que influye las políticas de la ONU, la OMC, la OTAN, el FMI y el Banco Mundial, quienes actúan bajo el predomino de la ideología de la libertad total del capital, que es el centro del neoliberalismo, que remoza al capitalismo como un fin en sí y lo levanta como alternativa única.

En ese contexto, se produce además, un descenso del movimiento de masas en todo el mundo y un aumento gigantesco de la represión policial en contra de quienes osan luchar contra la lógica del capital, en otras palabras contra todos los movimientos. El modelo no permite oposición, esto tenemos que tener en claro en este marco de análisis.

A inicios del nuevo siglo, el XXI, se visibilizan con mayor contundencia algunas contradicciones de las dos décadas anteriores. Se da una crisis provocada por la especulación financiera, que empieza a afectar a los países de la periferia, como Corea, Rusia, Indonesia, México, y más recientemente Argentina.

Es también más tangible cómo la hazaña explotadora del capital está destruyendo el medio ambiente y pone en riesgo el mantenimiento de los recursos naturales. La concentración del poder y la acumulación en apenas 500 grandes empresas transnacionales, de las cuales un 80 por ciento son norteamericanas, conlleva una crisis de las economías agrícolas y la concentración de las ramas productivas.

La consecuencia más visible de esto es el aumento de la pobreza y las diferencias sociales, la distancia entre ricos y pobres es cada vez más abismal. El hambre afecta a millones de personas: se estima que 800 millones pasan hambre todos los días y cada año un nuevo contingente de 80 millones se suman a esta cifra. El hambre y la pobreza afecta específicamente a los grupos además de pobres discriminados, como lo son las mujeres, indígenas, negros -más aún a las mujeres de esos grupos-, para quienes la realidad que vivimos es catastrófica.

La causa de ello, es una economía centrada en las ganancias de las transnacionales y no en el desarrollo de los pueblos. Por eso, se multiplican ahora los movimientos populares, sindicales, del campo, de mujeres. Hay una gran acumulación y potencial de la lucha y la protesta de quienes postulan por un mundo mejor distribuido e igualitario. Eso fue lo que intentamos poner en claro, con la gran marcha y el lanzamiento de la campaña en contra del ALCA, realizada en el Foro Social Mundial de Porto Alegre (Brasil) y que ahora continúa con los diferentes foros regionales. El pueblo latinoamericano se está preparando para hacer el plebiscito sobre la adopción del ALCA, que empieza en septiembre de este año y se extenderá hasta abril del 2003, para sensibilizar a la población, resistir, y hacer conciencia sobre esos acuerdos que solo benefician al capital y al país hegemónico.

En ese contexto, las mujeres del campo hemos emprendido la labor de elaborar una agenda que rescate lo humano y la preservación del medio ambiente y los recursos naturales, como patrimonio de la humanidad; que encamine hacia la adopción de políticas de reforma agraria integral, orientadas a garantizar la soberanía alimentaria de los países; que permita a las personas del campo desarrollar y mantener técnicas productivas sanas, preservar las semillas y distribuir los productos, según las necesidades humanas y no las del capital. Esta agenda debe incluir un llamado de atención hacia la falta de políticas y compromisos en estos temas que acusan la mayoría de gobiernos, que a pesar de que firmar acuerdos de Cumbre en Cumbre, en la práctica no cumplen ni hacen cumplir esos compromisos internacionales. Las mujeres del campo queremos levantar y sumar nuestra voz de denuncia de la violencia en la cual los poderes han sumido al mundo; queremos protestar en contra de la depredación del medio ambiente; la imposición de las semillas transgénicas, la falta de una política de soberanía alimentaria, que son parte de las injusticias que afectan a las mujeres.

 

 

 

¡Ya estamos en Congreso! (1999-11-30)

1999-11-30
XIV Pleno Nacional de la ANAP

¡Ya estamos en Congreso!

ANAP

La intensificación del trabajo político-ideológico a todas las instancias en la actual coyuntura de escalada agresiva del imperialismo yanqui y sus aliados, la recuperación de la agroindustria azucarera y la satisfacción cada vez mayor de la demanda alimentaria de nuestro pueblo fueron los temas centrales de XIV Pleno Nacional de la ANAP efectuado a mediados de julio último.

Por eso a nadie sorprendió que el presidente nacional de la ANAP, Orlando Lugo Fonte anunciara que con este pleno de hecho comnezaba el IX Congreso de la organización, cuya convocatoria oficial fue aprobada allí y se hará pública el 21 de septiembre próximo en el acto con motivo del aniversario 41 del congreso campesino en armas, en Soledad de Mayarí Arriba.

Ese día, simultáneamente en todo el país, en las Plazas Martianas de cada cooperativa se reunirán sus miembros para dar lectura a la convocatoria al congreso, lo que iniciará el proceso orgánico de la magna cita campesina a celebrarse del 15 al 17 de mayo del 2000, y a la que asistirán 800 delegados -algunos elegidos directamente por sus resultados políticos y productivos- y unos 200 invitados.

El pleno anapista adoptó importantes acuerdos que seguramente serán secundados por todos los asociados en sus correspondientes asambleas pre-congreso y que constituyen compromisos de honor del movimiento cooperativo y campesino con el Partido y especialmente con el comandante en jefe.

Los delegados al pleno, que tuvo como invitados a héroes del trabajo de la república de Cuba, condecorados con la orden 17 de mayo y a los cuadros más destacados de la ANAP en 1998, convinieron en que el fortalecimiento del funcionamiento interno y de la labor política-ideológica son las vías fundamentales para impulsar los programas productivos, en correspondencia con la solución económica del V Congreso del Partido.

Con miras al Congreso, los agricultores cañeros del movimiento cooperativo y campesino se proponen completar las 20 mil caballerías sembradas (en la pasada azucarera los campesinos plantaron alrededor de 17 mil caballerías). Este sector llegó a superar las 21 mil caballerías. Al respecto Lugo Fonte se pronunció por recuperar aquellas tierras cañeras destinadas a cultivos varios y que no cumplieron con este cometido o se mantienen ociosas, o desbrozar extensas áreas de marabú buenas para las gramínea, como han hecho algunos colectivos para tabaco. También se proponen reducir a 15 pesos o menos al costo del ciento de arrobas de caña, para continuar la positiva evolución económica de las cooperativas cañeras, ya que 127 CPA tuvieron pérdidas en 1997, mientras en la zafra pasada el número se redujo a sólo 42 y deberán ser menos de 20 después del próximo balance económico, según los especialistas. La pretención anapista es de que para el congreso todas sean rentables.

La erradicación de los movilizados es otro acuerdo del pleno, pues tanto las CPA como CCS deben asumir con fuerzas propias el corte de sus áreas. Las cooperativas que han aplicado este principio mejoran económicamente. Para garantizar la permanencia de sus fuerzas de corte, las cooperativas deben completar sus planes de vivienda, ampliar la mecanización, trabajar con fuerza en las áreas de autoabastecimiento como parte de la atención integral al hombre y aplicar iniciativas como el salario progresivo, mediante el cual se paga a mejores precios la caña que sobrapasa la norma de corte, entre otras iniciativas vistas allí en el pleno.

Otra cuestión abordada en la rama cañera por los delegados fue la necesidad de hacer un comprometimiento más realista con el movimiento millonario, de modo que se incorporen a ese movimiento los colectivos con posibilidades ciertas de cumplir exigencias de esa prestigiosa emulación.

En el análisis de otras ramas productivas como el tabaco, se observó que en la campaña 1998-99 la cosecha alcanzó sólo el 89 por ciento de lo planificado, por el incumplimiento de 257 caballerías que debieron sembrarse, mientras otras 164 se perdieron por el brote de moho azul a semilleros y plantaciones de Pinar del Río, única provincia que no creció por tales causas. El propósito campesino es intensificar la recolección y mantener la tendencia creciente de este cultivo.

Los pobres resultados en la zafra cafetalera que decreció 38 por ciento en el país, con excepción de la provincia de Cienfuegos, se atribuyen a factores climáticos, insuficiente atención estatal a las CPA y campesinos, carencia de fuerza de trabajo y la necesidad de una mayor incentivación económica a los productores, debido a los bajos precios de acopio, mientras los insumos se encarecen y el sistema de estimulación no ha logrado la efectividad esperada.

Las ventas de viandas y hortalizas al estado se sobrecumplen y crecen mas del 45 por ciento respecto al primer semestre del año pasado, lo que equivale a cerca de dos millones de quintales más, registrándose los crecimientos fundamentalmente en papa, tomate, cebolla y ajo. Se acopiaron 301 mil quintales en granos, y particularmente en arroz y frijoles se sobrecumplió lo planificado para el primer semestre, mientras la cosecha de maíz fue de poco más del 60 por ciento debido al desfase de siembra que ocasionó la sequía. Los crecimientos en frutales fueron notables en el período que se evalúa, y junto con el Instituto de investigaciones de Cítricos y Frutales la ANAP organizó el primer encuentro nacional de frutales, que entre sus propósitos fundamentales acordó crear un vivero en cada Municipio, como parte de un programa de desarrollo y recuperación.

Aunque logra crecimientos notables respecto al semestre anterior, la producción y ventas al estado y la industria de leche disminuyeron debido a los embates de la intensa sequía, las carencias con el transporte, combustibles, envases y otros insumos, al tiempo que algunos territorios hicieron compromisos por encima de sus posibilidades reales de acopio.

Por otra parte se conocieron en el pleno los avances alentadores en el programa de desarrollo porcino, la recuperación paulatina que acusa la producción de miel y el notable crecimiento en las capturas acuícolas. También avanza la organización de un programa conjunto con empresas del MINAG para desarrollar la crianza de ganado menor.

En medio de estos avances, el pleno no pasó por alto los incumplimientos y decrecimientos, en algunos casos significativos, que provocaron la disposición unánime a trabajar de conjunto con las estructuras del MINAG y el MINAZ para dar un impulso decisivo a los planes productivos en ambos sectores sobre la base del estímulo que representan la emulación integral 17 de mayo y el proceso al IX Congreso de la ANAP a las puertas de un nuevo milenio.

 

 

 

Paraguay: La lucha por la tierra (2002-04-01)

2002-04-01

Paraguay: La lucha por la tierra

Mercedes Fleita Rivas, Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC)

Paraguay ocupa el segundo lugar en el mundo y el primero en América Latina (junto con Brasil) en la concentración de tierra. La tierra de buena calidad, está concentrada en manos de muy poca gente, mientras la mayoría de personas del campo no tienen acceso a la tierra. El 72% de la tierra está en manos del 2% de la población. Esto significa que 32.000 hectáreas de tierra están en manos de apenas ese 2%. En cambio, 250.000 pequeños propietarios tienen, en conjunto, un millón 500.000 hectáreas; es decir, solo el 2% de la tierra está en manos del pueblo indígena y del campo.

En el norte del país, un solo empresario en particular es dueño de un millón 200.000 hectáreas de tierra, o sea, una sola persona es propietaria de lo que 250.000 campesinas y campesinas disponen en su conjunto. Algo parecido sucede en la región oriental, en Concepción, que colinda con Brasil, donde otro empresario es propietario de 3 millones 500.000 hectáreas de tierra. Todas estas grandes extensiones de tierra, llamadas «improductivas», podrían estar produciendo arroz, papas y otros alimentos para la población paraguaya. En cambio, los grandes propietarios y empresarios están utilizando esas tierras para campos, para el alimento de su ganado.

Dentro de la lucha de las organizaciones campesinas hubo un momento en que se expropiaron algunas tierras, pero gran parte de esas tierras recuperadas fueron nuevamente perdidas. Así que el problema del acceso a la tierra es todavía un asunto grave y sin resolver.

La estrategia que han seguido los grandes propietarios es empujar a la gente a lugares lejanos donde no hay acceso a salud, educación y ni siquiera servicios básicos, como agua potable. Además, esta estrategia se sigue como una forma de dispersar a la gente y hacer desaparecer las organizaciones campesinas.

Hasta el momento, el problema de que los campesinos e indígenas no tengan derecho a acceder a la tierra no ha sido resuelto porque no existen leyes que protejan a esta población. En realidad, dentro de la Constitución Nacional paraguaya se dice que todos y todas las paraguayas tienen derecho al acceso a la tierra, pero esta aseveración es solo una ley que no ha podido ser llevada a la práctica.

Peor aún, nuestras organizaciones se han visto enfrentadas a casos absurdos. Por ejemplo, la organización a la que pertenezco estuvo tratando de resolver el caso de un terreno de 140.000 hectáreas que no tenía dueño. A través de la organización estuvimos haciendo averiguaciones para conocer a los dueños de estas tierras pero no encontramos a ninguno, así que se decidió hacer una ocupación de tierras. Curiosamente, a los tres días de esta ocupación llegó una resolución y la orden de desalojo a los campesinos y campesinas que ya ocupaban ese terreno. Es decir, mientras que por mucho tiempo ese terreno estuvo desocupado y no hubo dueño, tres días después de la ocupación el propietario apareció. Así mismo, el proceso para pelear por esas tierras resultaba largo y complicado, mientras que la orden de desalojo llegó muy rápidamente. Además, a los pocos días de la ocupación descubrimos que en ese terreno había una hectárea y media utilizada para el cultivo de marihuana, y cuando denunciamos a la Fiscalía General de este hecho, nos respondieron que no tenían ni medios ni recursos para verificar si esto era cierto o no. Así que finalmente los cultivos fueron quemados y no pasó nada más.

Frente a esta realidad, ¿cuál es la estrategia que están siguiendo los y las campesinas y sus organizaciones? Algunas organizaciones han decidido ocupar tierras. Lo que es importante recalcar es que dentro de estas ocupaciones, la mayor parte de las personas que intentan defender estas tierras para sus comunidades son las mujeres y sus niños/as. Esto sucede porque mientras la mayor parte de los compañeros tienen que ir a trabajar, son las mujeres las que muchas veces deben llevar adelante una ocupación. Por esta misma razón, son las mujeres y los/as niños/as quienes muchas veces se enfrentan a la represión policial que existe en contra de las personas que ocupan terrenos.

Por su parte, las autoridades no están dando ninguna respuesta a esta realidad. No les preocupa nuestra situación en esta lucha por acceder a la tierra ni los peligros que corremos en las ocupaciones. Sin embargo, sí existen intereses politiqueros frente a esta situación de conflicto. Por eso, en época de elecciones y campañas electorales, los colorados, los liberales o cualquier otro partido político hacen grandes ofertas a los campesinos, y prometen que van a dar soluciones a sus problemas de tierra, así como a sus necesidades de educación y salud. Pero este supuesto interés solo dura lo que dura una campaña electoral. Así mismo, cuando conseguimos conquistas, son los partidos políticos los que dicen haber luchado por estas conquistas.

Hasta el momento, en Paraguay no hay leyes que se planteen seriamente realizar una reforma agraria y dar una solución integral al problema de la tierra. Por ello, cuando se logra una conquista y un grupo de campesinos y campesinas acceden a la tierra, son ellos mismos los que deben pelear, por su propia cuenta, por acceder al crédito y a insumos para trabajar estas tierras, deben pelear por materia prima, infraestructura y por tener acceso a agua o educación en esas áreas. Siempre estos proyectos empiezan por el autofinanciamiento que hace la misma comunidad. Entonces, somos las mismas comunidades las que estamos llevando adelante el desarrollo.

 

 

 

Nicaragua: Los plaguicidas matan a la tierra y afectan la Tierra (2002-04-01)

2002-04-01

Nicaragua: Los plaguicidas matan a la tierra y afectan la Tierra

María Elena Sequeira

Nicaragua cuenta con una población bastante joven y de apenas cinco millones de personas, cuya principal actividad productiva es la agropecuaria, con productos como el café, el tabaco y el banano. Pero es justamente el cultivo de productos como el café los que hoy en día están dejando graves secuelas en la salud de campesinos y campesinas.

En el área rural habita y trabaja alrededor del 80% de la población nacional. Sin embargo, los/as trabajadores/as agrícolas no cuentan con servicios de educación, ni de salud integral, y tampoco contamos con un sistema de seguro social. En ese contexto, el uso continuo de plaguicidas en los cultivos, no sólo perjudica la salud de campesinas y campesinos, sino que, solo en el año 2000 murieron alrededor de 10 compañeras líderes que trabajaban en las empresas bananeras, precisamente por su exposición a esos productos químicos.

Sin embargo, a pesar de la seriedad del problema, existe una falta de información en el sistema de salud y poca coordinación institucional: mientras el Ministerio de Trabajo maneja una información y ciertas cifras, el Ministerio de Salud maneja otras. Esos Ministerios no tiene mayor control sobre los registros exactos de la gente que está siendo afectada por los plaguicidas. Por nuestra parte, gracias a un proyecto que se está impulsando a través de la Organización Mundial de la Salud y la ATC, hemos logrado obtener algunos datos concretos y compilar informaciones. Así, por ejemplo, conocemos que en el periodo entre 1998 y 1999, fueron atendidos unos 448 casos, de los cuales 382 fueron mujeres. Así mismo, 107 de los casos fueron menores de 15 años.

Los problemas respiratorios, debido a la exposición continua a los plaguicidas, son una de las principales molestias que tienen las personas afectadas. Además, muchas mujeres se quejan de un continuo cansancio. No obstante, se carece de un plan de parte del Ministerio de Salud para encarar el problema, con el agravante de que desgraciadamente no se cuenta con reglamentos que permitan llevar a cabo la aplicación real de la ley, en cuanto a las medidas de precaución, tanto en las fincas privadas como en todos los puntos de producción de café o banano.

No existe un enfoque de género para la atención especial en la salud, y esto genera una serie de deficiencias y problemas que afectan de manera específica a las mujeres. Por eso la Asociación de Trabajadoras del Campo ha desarrollado un sistema mutuario, a través del cual estamos capacitando a los y las trabajadoras. Hemos conseguido realizar un diagnóstico en sobre las afecciones en los cultivos de café y el tabaco, y estamos desarrollando sistemas de atención especial en materia de salud, por lo menos en un primer nivel, es decir, en lo que se refiere a un sistema de prevención para los y las trabajadoras del área del café. A esta organización se han afiliado alrededor de 13.000 familias campesinas, a quienes se está tratando de dar atención. A estas personas se las capacita, y ellas aportan con una cuota para que el sistema se vuelva autosostenible. En este momento, incluso hemos logrado ampliar la atención a todos los alrededores de la zona norte del país, en donde está concentrado el café y el tabaco.

Así mismo, a nivel centroamericano estamos formando una red de promotores y promotoras en lo que hemos denominado medio ambiente laboral, con el interés de que al tiempo que la gente se capacita se pueda también sensibilizar más ampliamente sobre la problemática de salud. Por esta razón, y como parte de este mismo programa, estamos publicando una revista dedicada principalmente a las mujeres, que intenta sensibilizar a la población trabajadora que no tienen consciencia de este problema.

Este proyecto que se desarrolla en Centroamérica empezó en Nicaragua y su objetivo principal es desarrollar la capacidad institucional del Estado, para solucionar el problema de los plaguicidas. Nuestra meta es que en unos 10 años se pueda disminuir en un 60% las enfermedades relacionadas con los plaguicidas. Para conseguirlo, se está dando importancia a las instituciones encargadas del área de salud, tanto el Ministerio de Salud como organizaciones como la nuestra, que está intercambiando experiencias a través de las redes centroamericanas y al interior de cada uno de los países.

Pero esta misma experiencia nos ha hecho pensar que no podemos desarrollar este tipo de programas exclusivamente a través de las cúpulas. Al contrario, debemos buscar que los municipios y ciertas entidades del gobierno jueguen un papel más fuerte. Incluso creemos que la misma organización local, que tienen alguna incidencia en cada uno de los municipios del país, se pueda articular con las comisiones intersectoriales sobre plaguicidas.

De la misma manera, estamos en un proceso de integración de los poderes locales, porque esto también afecta el desarrollo de la población municipal. Creemos que el gobierno local tiene que jugar un papel en proyectos como este. Por esta razón, estamos desarrollando un proceso de educación sistemático a la población. Esto si bien no resuelve el impacto y las consecuencias negativas de los plaguicidas en forma inmediata, sí puede aportar para que se vaya comprendiendo mejor esta problemática y se vayan buscando medidas preventivas a futuro.

En todo este proceso de trabajo, el movimiento de mujeres también ha aportado. La ATC, con apoyo de otras organizaciones, hemos logrado crear tres clínicas médicas, que funcionan en zonas de producción de café, tabaco y la tercera en el banano. Es decir, estas clínicas dejaron de ser espacios que simplemente atienden la salud primaria, para convertirse en hospitales integrales de atención a la mujer del campo. Estas clínicas están reconocidas en el sistema de salud del país y sus principales servicios se hacen a través de los seguros sociales que tienen las mismas empresas del Estado.

Considero que es importante reflexionar sobre estas experiencias de las mujeres, que vienen a contribuir a los problemas que enfrentan las mujeres en temática de salud, porque al momento no existe una alternativa o un sistema de salud que no esté privatizado.

 

 

 

Seguridad Alimentaria, Reforma Agraria y Transgénicos (2002-02-01)

2002-02-01

Seguridad Alimentaria, Reforma Agraria y Transgénicos

En el marco del II Foro Social Mundial, realizado en Porto Alegre, Brasil, entre el 31 de enero y el 5 de febrero del presente año, Vía Campesina y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC, promovieron el debate: «Reforma Agraria, Soberanía Alimentaria y Transgé-nicos». Al evento asistieron más de 2 mil personas, quienes escucharon las ponencias de Armando Bartra de México, Ricardo Petrela de Bélgica y Peter Rosset de los Estados Unidos.

Los expositores señalaron que el imponer un patrón único de vida significaría un «suicidio planetario», en referencia al intento de las grandes potencias de uniformizar el pensamiento, las semillas, los negocios, incluso las personas; eliminando la multietnicidad y desdeñando la preservación de la biodiversidad.

El agua como recurso indispensable para la producción de la tierra está bajo control de las grandes empresas de negocios del campo; la reforma agraria asistencialista, fundamentada en la entrega de tierra sin ser acompañada de políticas públicas de desarrollo económico, son otros de los problemas que aquejan no solamente a los campesinos, sino al mundo entero.

Ante esta situación, los presentes saludaron la posición de Vía Campesina y de la CLOC de «globalizar la lucha», pues esta estrategia es la única que se puede enfrentar a la mundialización impuesta por los grandes capitales y sus gobiernos. «Es preciso continuar luchando por la tierra, pero también por condiciones de producción y comercialización. Eso requiere una lucha global».

A continuación presentamos algunos análisis, definiciones, propuestas y acuerdos sobre lo debatido en este panel de Seguridad Alimentaria, Reforma Agraria y Transgénicos.

Soberanía Alimentaria

Se entiende por Soberanía Alimentaria el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas sustentables de producción, transformación, comercialización, distribución y consumo de alimentos, garantizando el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción y comercialización agropecuaria, y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental. La soberanía alimentaria debe asentarse en sistemas diversi- ficados de producción basados en tecnologías ecológicamente sustentables.

LA OMC y al inseguridad alimentaria

Durante las dos últimas décadas se han aplicado políticas neoliberales tanto desde organismos multilaterales tales como el FMI, el BM y la OMC como desde muchos de los gobiernos del mundo. Y a pesar de todo ello, está muy lejos de haberse cumplido los compromisos adoptados para satisfacer las necesidades de alimentación de los pueblos.

Transcurridos más de 5 años desde la Cumbre Mundial de la Alimentación convocada por la FAO y celebrada en Roma-Italia, y más de 7 años de los acuerdos sobre agricultura de la Ronda de Uruguay del GATT (hoy OMC), la situación se ha agravado.

En nuestro planeta globalizado, hoy, más de 800 millones de personas sufren hambre y más del doble sufren malnutrición. Al menos 1.300 millones de seres luchan por sobrevivir con menos de un dólar por día. En nuestros tiempos cada día unas cien mil personas mueren de hambre en el mundo. Si a ese número increíble de personas sumamos las que mueren por epidemias y guerras en los países subdesarrollados, la cifra de muertos por causas atribuibles al modelo económico y social de crecimiento existente ascendió el año pasado a más de 58 millones. Esto es, una cifra superior de muertos a la que ocasionó la II Guerra Mundial durante seis años.

Están creciendo las desigualdades entre países ricos y pobres y también en el interior de todos ellos. Hoy más de 80 países tienen una renta per capita inferior a la de hace una década. Se está globalizando la pobreza y la exclusión social. Según el PNUD el 20% más rico de la población mundial controla el 86% del PIB mundial y el 82% de las exportaciones de bienes y servicios. En la actualidad 500 Corporaciones transnacionales producen aproximadamente el 47% del PIB mundial, ocupando al 1,59% de los trabajadores de todo el mundo.

Así pues, la esperanza de un nuevo milenio sin pobreza, sin hambre y en paz se ha visto frustrada para vergüenza de toda la humanidad.

La exclusión

El hambre y la desnutrición no son el resultado de la fatalidad, ni de un problema geográfico, ni de fenómenos climatológicos adversos, aunque todo ello puede influir. El hambre y la desnutrición son el resultado de haber excluido a millones de personas del acceso a bienes y recursos productivos tales como la tierra, el bosque, el mar, el agua, las semillas, la tecnología y el conocimiento. Son, ante todo, consecuencia de las políticas económicas, agrícolas y comerciales a escala mundial, regional y nacional impuestas por los poderes mundiales, sus corporaciones transnacionales y sus múltiples expresiones tanto en los países desarrollados como en los del Tercer Mundo, en su afán de mantener y acrecentar su hegemonía política, económica, cultural y militar en el actual proceso de reestructuración económica global.

Según los promotores de esas políticas, la liberalización del comercio potenciada en la última década, debería incrementar el volumen de los intercambios, estimular el crecimiento económico, modernizar las economías y reducir la pobreza y el hambre en el mundo.

Lo que ha sucedido en realidad es que esas políticas han aumentado las ventas y las ganancias de esos poderes económicos, mientras que los pueblos de los países en vías de desarrollo han incrementado su deuda externa y los sectores populares han aumentado sus niveles de pobreza, miseria y exclusión por todas partes. Se ha acelerado el ritmo de concentración del mercado agrícola internacional en unas pocas empresas transnaciona-les, aumentando simultáneamente la dependencia e inseguridad alimentaria de la mayoría de los pueblos.

Transnacionales, transgénicos, agroquímicos y agrotóxicos

El proceso de integración vertical del sector alimentario no tiene precedentes en la historia de las fusiones industriales. Las 10 mayores empresas de cada rama controlan el 84% del mercado mundial de agroquímicos, el 60% del mercado mundial veterinario, el 48% del mercado mundial farmacéutico y el 30% del mercado mundial de semillas. Cinco de esas grandes corporaciones están presentes simultáneamente en las cuatro ramas productivas señaladas (Pharmacia -antes Monsanto; Syngenta – fusión de Novartis y Astra-Zeneca; Dupont; Dow Chemicals y Aventis). Entre las cinco controlan el 100% de las semillas transgénicas del mundo y una de ellas, Monsanto, vendió el 94% de las semillas transgénicas plantadas hasta el 2001.

Desde 1995, el Acuerdo de la OMC impone una liberalización creciente de las políticas agrarias y de los intercambios de productos agrícolas. Las políticas de subvenciones a la producción y subsidios a las exportaciones permiten que las empresas transnacionales adquieran productos a muy bajos precios para venderlos a precios mucho más altos a los consumidores tanto del Sur como del Norte.

Las políticas neoliberales hacia el campo, de hecho han impulsado un proceso de desruralización forzada de vastas proporciones y consecuencias dramáticas. Han desencadenado una auténtica guerra contra las agriculturas campesinas e indígenas que, en algunos casos, llega a configurar un verdadero genocidio y etnocidio. Igualmente, las comunidades de pescadores artesanales han ido perdiendo cada vez más el acceso a sus propios recursos. El 70% de las personas pobres en el mundo viven en zonas rurales y dependen casi totalmente de la agricultura y el desarrollo rural para su subsistencia. Con las políticas neoliberales, el hambre y la malnutrición crecen, no por ausencia de alimentos, sino por ausencia de derechos.

Propuestas

Los asistentes a la Conferencia sobre Seguridad Alimentaria realizaron propuestas, entorno a las cuales los campesinos se comprometieron a movilizarse, con base a alianzas entre los diferentes actores de la sociedad, desde los campesinos a los consumidores, para que participen de forma activa en todas las tomas de decisión que afectan a la cadena alimentaria. Las propuestas son: – Reconocimiento del derecho a la alimentación como un derecho humano fundamental. – Reconocimiento de una agricultura con campesinos, indígenas y comunidades pesqueras. – Reconocimiento de la multietnici-dad de las naciones y reconocimiento y valorización de las identidades de los pueblos originarios. – Garantía al acceso a una alimentación sana y suficiente para todas las personas, principalmente para los sectores más vulnerables. – Puesta en marcha de procesos integrales de reforma agraria adaptados a las condiciones de cada país y región. – Acceso equitativo a los recursos productivos, principalmente tierra, agua y bosque, así como a los medios de producción, financiamiento y capacitación. – Desarrollo y promoción de sistemas alimentarios sostenibles. – Elaboración por parte de los Estados de un Código de Conducta sobre el Derecho Humano a una alimentación adecuada. – Ratificación y aplicación del Pacto sobre derechos económicos, sociales y culturales adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1996. – Defensa del derecho de los pueblos a la alimentación. Adopción por las Naciones Unidas de una Convención Mundial de Soberanía Alimentaria y Bienestar Nutricional. – Rechazo de cualquier injerencia de la OMC en la alimentación, la agricultura, la pesca y las políticas nacionales que las regulan. – Configuración de un nuevo orden democrático y transparente para regular el comercio internacional y que incluya la creación de una Corte Internacional de Apelación independiente de la OMC. – Cese inmediato de las prácticas comerciales desleales que establecen precios de mercado por debajo de los costos de producción, aplicando subvenciones a la producción y subsidios a las exportaciones. – Prohibición de la biopiratería y de las patentes sobre los seres vivos. – Prohibición de la experimentación sobre OGMs a cielo abierto, así como prohibición de su producción y comercialización hasta que se pueda conocer con seguridad su naturaleza e impactos, aplicando estrictamente el principio de precaución. – Integración de los objetivos de bienestar nutricional en las políticas y los programas nacionales de alimentación. – Reconocimiento del papel fundamental de las mujeres en la producción, recolección, comercializa-ción y transformación de los productos de la agricultura y la pesca así como en la preservación y reproducción de las culturas alimentarías de los pueblos. – Reconocimiento del derecho al acceso a los recursos naturales (tierra, semillas, agua, etc.) y la declaración de estos recursos como patrimonio de la humanidad. – La promoción de la agricultura campesina como modelo de producción de alimentos eficiente y sostenible. – La regulación democrática y participativa de los intercambios comerciales agrícolas con el objetivo de desarrollar un comercio más justo entre el campesino y el consumidor.

Por último, se llegó a los siguientes acuerdos:

– Generar una amplia difusión de los resultados de la Conferencia sobre Seguridad Alimentaria. – Participar en los procesos nacionales de preparación de la Cumbre Mundial de la Alimentación (Roma + 5). – Presentación y defensa de las propuestas realizadas en esta Conferencia en los Foros Regionales de preparación de la mencionada Cumbre, así como la participación en el Foro paralelo de la sociedad civil desarrollando las ideas de la Soberanía Alimentaria. – Preparar para el próximo FSM una Conferencia de Soberanía Alimen-taria articulada con un conjunto de talleres que permitan profundizar conceptos, intercambiar experiencias y ofrecer más y mejores respuestas.

 

 

 

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Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda (2002-02-01)

2002-02-01
Porto Alegre, Brasil II Foro Social Mundial

Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda

 

Los días 1 y 2 de febrero, en el marco del II FSM, se celebró el Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda. Aquí su Veredicto.

Los integrantes del jurado del Tribunal Popular de la Deuda deciden, por unanimidad que:

1. La Deuda Externa de los Países del Sur, por haber sido constituida fuera de los marcos legales nacionales e internacionales, y sin consulta a la sociedad, por haber favorecido casi exclusivamente las élites en detrimento de la mayoría de la población, y por herir la soberanía nacional, es ilegítima, injusta e insustentable ética, jurídica y políticamente.

2. Los acusados, Bancos y corporaciones transnacionales, Gobiernos del Norte, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, otras instituciones financieras internacionales y sus colaboradores en el Sur, son autores, coautores, cómplices o encubridores de los siguientes delitos y crímenes cometidos:

a. captar parasitariamente el patrimonio natural y demás recursos del Sur para satisfacer el pago de la Deuda Externa, instrumento político, ideológico y económico de explotación sobre nuestros pueblos;

b. mantener y favorecer el intercambio desigual que contribuyó al aumento de la Deuda Externa, contribuyendo al aumento de la extracción y producción de materia prima vendida a precios muy bajos y a su vez la importación de productos industrializados comprados a precios sumamente elevados, intercambio desigual que se vio favorecido por los subsidios que los países ricos mantienen;

c. cobrar intereses usurarios que hicieron que la Deuda Externa aumentara de manera exponencial, en lugar de disminuir, a pesar del flujo de pagos por parte de los países del Sur;d. realizar operaciones fraudulentas entre los grandes bancos transnacionales y empresarios de países del Sur, simulando deudas inexistentes, a través de mecanismos especulativos que en lugar de favorecer la producción, sirvieron para el enriqueci-miento de pocos pues esas deudas simuladas fueron nacionalizadas;

e. aplicar las políticas de ajuste estructural y otras políticas económicas que obligan a nuestros Estados a procesos de privatización de los recursos naturales y servicios esenciales y a destinar el dinero que debe ser invertido en obras sociales, o reactivación económica, al pago de la deuda;

f. apoyar a regímenes dictatoriales o criminales a través de préstamos que los sostienen y enriquecer ilícitamente a los dictadores, a pesar del rechazo de los pueblos oprimidos y la sanción por parte de organismos de las Naciones Unidas o de derechos humanos;

g. aplicar en forma perversa los recursos de las deudas contraídas, destinándolos a enriquecer a los gobernantes, a favorecer gastos suntuarios y depositarlos en bancos extranjeros, en lugar de destinarlos a obras sociales;

h. forzar la imposición de programas de integración económica que se caracterizan por favorecer únicamente los intereses de las empresas transnacionales de los países industrializados del Norte y por violar los derechos fundamentales y colectivos de los pueblos;

i. imponer condiciones políticas y económicas recesivas en los países deudores para consentir la renegociación de la deuda;

j. seguir cobrando una deuda que ya se ha pagado con creces, es decir cometiendo el delito de estafa; k. violar el Derecho Internacional y sus normas y cuerpos legales, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Convenio 169 de la OIT sobre los pueblos indígenas, la Convención para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres, el derecho a la autodeterminación de los Pueblos, entre muchos otros, y las leyes nacionales;

l. manejar un complot internacional entre los acusados para saquear y expoliar a los pueblos del Tercer Mundo, para lo cual han cometido sistemáticamente los crímenes anteriormente mencionados;

m. cometer el crimen de genocidio y crímenes contra la humanidad. El jurado solicita al Tribunal que dicte la sentencia condenando a los acusados por la comisión de todos o algunos de los delitos y crímenes cometidos y mencionados en este veredicto. Solicita además que declare a la DEUDA EXTERNA como inexistente, y por eso extinta, por ser odiosa, infame, ilegal, usurera, injusta, fraudulenta, ilegítima y causante la pérdida de soberanía nacional y de la calidad de vida de la mayoría de la población del Sur.

El Tribunal aceptó las siguientes recomendaciones del jurado:

– Hacer un llamado a la unión de todos los ciudadanos presentes en este foro, a los pueblos del Sur y a aquellos ciudadanos de los países del Norte solidarios con las causas de los pueblos a realizar campaña para asegurar la cancelación y el repudio de la Deuda Externa.

– Iniciar procesos soberanos de auditorias independientes de las deudas externas en nuestros países a fin de hacer una verificación contable y jurídica y establecer si existe aún una deuda a pagar, así como a establecer procedimientos participativos y democráticos de control sobre el endeudamiento.

– Pedir a los Parlamentos de los países endeudados que investiguen el manejo que hicieron los responsables por generar la deuda y hacerlos legalmente responsables ante la justicia.

– Exigir la restitución de las riquezas extraídas del Sur así como el pago por los daños causados por la misma.

– Demandar la devolución a los pueblos de las riquezas ilegítima-mente habidas por las dictaduras, los gobiernos corruptos y las empresas transnacionales cómplices de estos hechos.

– Sostener campañas por la dignidad y soberanía a fin de no permitir acuerdos económicos multilaterales o bilaterales que atenten contra el bienestar de los pueblos, incluyendo los acuerdos con el FMI o con Instituciones Financieras Internacionales.

– Proponer a los gobiernos la unión a favor de esta causa común y hacer lo necesario al fin de que solicite a la Corte Internacional de la Haya una opinión consultiva sobre la ilegitimidad de la deuda externa, y suspender todos los pagar de intereses de la Deuda.

– Proponer a los gobiernos que esos intereses sean utilizados exclusivamente en programas para el desarrollo sustentable para la vida de los pueblos.

– Acompañar los procesos locales y nacionales, que buscan la creación de sociedades sustentables desde el punto de vista económico, alimenticio, energético y ambiental.

– Apoyar la campaña por el reclamo de la Deuda Ecológica, que es la responsabilidad y obligación que tienen los estados del Norte, las corporaciones transnacionales, la banca multilateral y otras instituciones financieras privadas por la destrucción ambiental en el Sur.

– Entregar las conclusiones de ese Tribunal a los principales acusados y pedirles que responden a ellas en un tiempo determinado.

– Acompañar los procesos legales que sigan a este veredicto por parte de los demandantes a los acusados plenamente identificados, declarados culpables por este tribunal, para evitar que estos crímenes cometidos queden en la impunidad. Denunciar a los gobiernos corruptos que han permitido el saqueo de sus pueblos.

– Constituir una comisión global sobre la deuda con el mandato de investigar e identificar a los responsables de perpetuar la deuda ilegítima e impulsar iniciativas que los lleven ante la justicia.

– Notificar a las Naciones Unidas y a los cuerpos internacionales y regionales exigiendo la consideración de la elaboración de instrumentos para asegurar la plena vigencia de los derechos humanos universales por encima de todo reclamo en materia de servicio de la deuda.

 

 

 

FSM – 2002 (2002-02-01)

2002-02-01

FSM – 2002

Con el lema de ¡Otro mundo es posible! Más de 50 mil personas provenientes de 131 países, con 186 idiomas y pertenecientes a 210 etnias del mundo entero, asistieron a la ciudad brasileña de Porto Alegre, al desarrollo del II Foro Social Mundial.

Desde el 31 de enero al 5 de febrero se realizaron más de 800 talleres, seminarios, testimonios y campamentos. La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, Vía Campesina y los Movimientos Sociales jugaron un papel fundamental en todos ellos. CLOC y Vía Campesina participaron directamente en seminarios como: Reforma Agraria, Soberanía Alimentaria y Transgénicos; Agua; Socialismo; Tribunal Internacional a la Deuda Externa, y el Campamento Internacional de VC, entre otros.

Campaña contra el ALCA

Las actividades masivas de Vía Campesina en el Foro Social Mundial concluyeron el 4 de febrero con la Marcha contra el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas). Cerca de 50 mil personas caminaron desde el auditorio Araújo Vianna hasta la plaza Glenio Peres para demostrar la solidaridad a los pueblos de las Américas y protestar contra la implantación de la liberalización del comercio que los Estados Unidos quieren imponer a los demás países del continente. El evento fue también la apertura de la campaña contra la firma de este acuerdo, que culminará con un plebiscito continental para que el pueblo decida si quieren o no el ALCA.

El ALCA, que está siendo presentada por los Estados Unidos para facilitar y estimular los intercambios comerciales entre los países de las tres Américas (excepto Cuba), propone la liberalización de las compras, inclusive gubernamentales, de las inversiones, del sector de servicios y del régimen de propiedad intelectual. En verdad, este acuerdo beneficiará solamente a los Estados Unidos en detrimento de la mayor parte de la población. Para los pueblos de América, el ALCA significa la anexión de todos los países del continente al control de Estados Unidos, profundizando todavía más el hambre y la miseria de la población, una vez que el mercado sea colocado encima de todo y no sobrara recursos para las necesidades sociales de la población.

Experiencias

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, ha arrojado experiencias de lo que significa este tipo de acuerdos.

Un claro ejemplo de la imposición de las transnacionales sobre los Estados significó la victoria judicial de una empresa estadounidense de combustibles sobre el gobierno canadiense, quien había prohibido la venta de dicho derivado por ser dañino a la salud. El TLCAN defiende a las empresas, no a los pueblos.

En el caso mexicano la situación es todavía peor: «60 millones de mexicanos están en la miseria por causa del TLCAN. La educación y la salud fueron privatizadas, la pequeña empresa está quebrada y las condiciones de trabajo son pésimas; salarios abajo del mínimo, jornadas de más de 12 horas y ampliación del trabajo infantil», dice Marta Ojeda, de la Red de Lucha. El TLCAN permite la circulación de capitales, mas no permite la circulación de las personas. Mientras los norteamericanos poseen libre acceso a México, los mexicanos son prohibidos de entrar en los Estados Unidos.

Para Joao Pedro Stedile, del MST, el ALCA no es solamente un acuerdo comercial, «es una estrategia del gobierno estadounidense para entregar nuestros territorios, monedas, riquezas, nuestras hidroeléctricas, nuestra agua y agricultura a las empresas estadounidenses». Por esta razón señaló la necesidad de impulsar la campaña continental contra el ALCA, realizar plebiscitos en toda América y organizar comités populares contra el Área de Libre Comercio, con ello intentar evitar una derrota frente a las multinacionales. «No basta que los dirigentes hagan buenos discursos», concluyó. «Queremos luchar por la vida y por la dignidad, no podemos ser cómplices de lo que quieren hacer con nuestros países, tenemos que decir no al Plan Colombia, no al Alca, no a la deuda externa» dice la indígena ecuatoriana Blanca Chancoso.

Agenda

La CLOC, Vía Campesina y los Movimientos Sociales consensuaron una agenda internacional de actividades en contra del neoliberalismo y la globalización. Esta Agenda no solamente es contestataria a la elaborada por los centros del poder económico y militar, sino que reivindica las luchas propias y alternativas de los campesinos, indígenas y demás sectores sociales.

Este acuerdo rescata el derecho de los pueblos a vivir en paz, a confluir libremente en espacios de protesta y en actividades que signifique la mundialización de la lucha y la solidaridad. Aquí la Agenda convenida.

Año 2002

– 8 de marzo: Día Internacional de la Mujer – 17 de abril: Día Internacional de la Lucha Campesina – 1 de mayo: Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras – 7 de octubre: Día de los y las Sin Techo – 1 de octubre: Grito de los Excluidos y Excluidas – 16 de octubre: Día Mundial de la Soberanía Alimentaria – 10-14 de diciembre: Semana Mundial por los Derechos Humanos.

Las movilizaciones mundiales se concentran alrededor de:

– 16 de marzo: Barcelona: Cumbre de los Jefes de Estado de Europa – 18-22 de marzo: Monterrey: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Financiamiento al Desarrollo – 17-18 de mayo: Madrid Cumbre de Jefes de Estado de América Latina, El Caribe y Europa – 31 de mayo: día internacional contra el militarismo y a favor de la paz. – 8-13 de junio: Roma, Italia, Cumbre Mundial sobre Alimentación de FAO – 21 y 22 de junio: Sevilla, España, Cumbre de los Jefes de Estado de a UE. – Julio: Toronto y Callgary, Rocky Mountains, Canadá: G-8 Cumbre – 22 de Julio: campaña en Estados Unidos contra la Coca-Cola – Septiembre: Johannesburg (Sudáfrica): Río + 10 – Octubre: Ecuador: Foro Social Continental: «Una nueva Integración es Posible» – Noviembre: La Habana (Cuba) segunda reunión Hemisférica contra el ALCA – Noviembre – Diciembre: México, Conferencia Ministerial de la OMC – Diciembre: Copenhaguen: Cumbre de los Jefes de Estado de Europa

Año 2003

– Abril: Buenos Aires: Cumbre Presidencial sobre el ALCA – Junio: Thessaloniki (Grecia) Cumbre de la UE – La OMC, el FMI y el Banco Mundial se reunirán en alguna parte y en algún momento dado. ¡Allí estaremos!

 

 

 

Declaración de México, III Congreso de la CLOC, Agosto 2001

2002-01-01

Declaración Final del III Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo

 

Reunidos en la Delegación de Tlalpan, D.F., México, 320 delegados y delegadas de 37 organizaciones procedentes de 18 países, asistentes a la I Asamblea Latinoamericana de Jóvenes, a la II Asamblea Latinoamericana de Mujeres, los días 6 y 7 de Agosto y al III Congreso Latinoamericano de Organizaciones del Campo, del 8 al 11 de Agosto del 2001; después de intensas deliberaciones hemos constatado lo siguiente:

– Que los efectos nefastos del neoliberalismo para las sociedades rurales de América Latina y el Caribe, han arrojado al campesinado y a las comunidades indígenas a una mayor y alarmante pobreza y exclusión.

– Que las políticas agropecuarias anti-campesinas han concentrado la producción en la gran agricultura capitalista, generando con ello una grave dependencia del exterior y pérdida de nuestra soberanía alimentaria.

– Que la liberalización comercial, las contra reformas agrarias y la privatización de la economía en nuestros países, han deteriorado de manera drástica las condiciones materiales de vida de nuestros pueblos.

– Que la desarticulación de la agricultura familiar campesina es parte de una política de exterminio del capital financiero internacional y las grandes transnacionales.

En base a las anteriores consideraciones, los delegados y las delegadas al III Congreso de la CLOC, exigimos:

– Que los Gobiernos de nuestros países definan políticas de desarrollo que incluyan como ejes una reforma agraria integral y participativa, así como los medios de producción para los productores rurales, tales como: el crédito, apoyo a la comercialización, asistencia técnica y apoyo especial a la agricultura campesina.

– Revisión inmediata a los Tratados de Libre Comercio, que han desarticulado la producción de granos básicos en México; rechazo al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y otros tratados que afectarían la soberanía y autonomía de los países Latinoamericanos, como el Plan Colombia, Plan Puebla Panamá, la Iniciativa Andina y el Plan Dignidad de Bolivia.

– Rechazamos enérgicamente el uso abusivo de productos transgénicos por parte de las empresas transnacionales, así como el uso indiscriminado de agroquímicos y la introducción de semillas estériles como el Termineitor.

– Nos oponemos a los esquemas de patentes sobre la vida, que nos expropien nuestros recursos genéticos y monopolizan el conocimiento. Exigimos respeto a nuestra cultura y al saber campesino.

– Rechazamos las políticas impuestas por los organismos financieros y comerciales internacionales, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y el Grupo de los Ocho. Asimismo demandamos la salida de la OMC de los aspectos relacionados con el Sector Agropecuario.

El III Congreso de la CLOC se pronuncia por impulsar un proyecto alternativo con participación activa de todas las organizaciones sociales, medio rural y urbano en las que se incluyan la gran diversidad de actores que han resistido al neoliberalismo y que desde diferentes trincheras han construido propuestas encaminadas a fortalecer el desarrollo sustentable. Este nuevo proyecto se basa en la promoción de actividades productivas que garanticen un uso equilibrado del medio ambiente, con cuidado de la biodiversidad y los recursos genéticos que son patrimonio de la humanidad.

El III Congreso se pronuncia asimismo, por lograr la seguridad y soberanía alimentaría que garantice una distribución equitativa de alimentos sanos, mediante la promoción de un mercado ético y solidario.

Nuestro proyecto busca construir y consolidar un poder popular incluyente y democrático en el que participen todos los actores sociales involucrados, mujeres, jóvenes, niños, pueblos indios, a partir de sus propias reivindicaciones, reforzando desde sus bases cambios profundos en los aspectos económicos, sociales, políticos y culturales.

El III Congreso de la CLOC condena toda forma de represión, persecución, asesinatos y desapariciones de dirigentes sociales, la discriminación y violaciones a los derechos humanos, incluyendo el bloqueo que por largos años ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos a la hermana República de Cuba.

Asimismo, exigimos la liberación de presos políticos de Centro América, Bolivia, Colombia, México, Perú y de todos los países Latinoamericanos; el esclarecimiento de asesinatos de dirigentes y masacres de campesinos e indígenas, así como el castigo a los autores materiales e intelectuales.

El III Congreso de la CLOC llama a todas las organizaciones campesinas e indígenas de América Latina y El Caribe a impulsar las siguientes acciones:

1. Fortalecer la unidad, la solidaridad y consolidación ideológica de nuestras organizaciones, así como la Coordinación Sub-Regional, Continental y Mundial en alianza con la Vía Campesina.

2. Promover una consulta continental sobre el ALCA, en el año 2002

3. Participar activamente en acciones de masas en las siguientes fechas:

– 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer
– 17 de Abril, Día Mundial de Lucha Campesina
– 01 de Mayo, Día Internacional de los y las Trabajadores
– 12 de Octubre, Día del Grito de los Excluidos
– 16 de Octubre, Día Mundial de la Alimentación

4. Asimismo los congresistas de la CLOC acordamos participar en los eventos programados por diversos organismos internacionales, como el Encuentro Internacional de Movimientos Sociales, a realizarse del 12 al 14 de Agosto en la ciudad de México; en el Foro Mundial de Soberanía Alimentaría, en la Habana, Cuba del 04 al 07 de Septiembre y en una jornada de movilizaciones en contra del consumo de transgénicos y agroquímicos en noviembre del presente año; y en el Segundo Foro Social Mundial, en Porto Alegre, Brasil en febrero del 2002.

En un clima de fraternidad, combatividad y alegría, la unidad de la CLOC se fortaleció bajo la inspiración del ejemplo de lucha de nuestros héroes y heroínas Latinoamericanas que han entregado sus vidas por las liberación de los pueblos América y por un mundo nuevo.

«Viva la unidad de los campesinos e indígenas de América Latina y el Caribe»

¡Fuera la OMC de la agricultura!
¡Por la soberanía alimentaria!
¡Por un futuro sin hambre!

¡Viva la CLOC!

Tlalpan, Distrito Federal, México, a 11 de Agosto del 2001

 

 

 

II Asamblea Latinoamericana de Mujeres del Campo (2002-01-01)

2002-01-01

II Asamblea Latinoamericana de Mujeres del Campo

A 122 años del nacimiento del General Emiliano Zapata Salazar, cuyo legado fue «Tierra y Libertad», las mujeres de la CLOC recogemos su herencia y hacemos nuestro el desafío de que «la tierra es para quien la trabaja». Y nosotras, mujeres, lucharemos con alegría y fuerza para producir en esta tierra el alimento más anhelado: el alimento de la justicia, la vida y la libertad.

Reunidas, 180 mujeres delegadas proveniente de 16 países y en representación de 36 organizaciones, integrantes de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC), nos hemos unimos los días 6 y 7 de agosto del año 2001, en la Ciudad de México, para discutir, analizar y hacer propuestas en torno a la problemática de discriminación que sufrimos las mujeres del campo, producto de las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos del continente latinoamericano.

Esta asamblea nos permitió en los dos días de trabajo, analizar el impacto de esas políticas de gobiernos hacia las mujeres del campo, posibilitó el intercambio de ideas, experiencias y sobre todo, la articulación de acciones para fortalecer esta instancia organizativa, además de definir ejes estratégicos y mecanismos de trabajo que propicien integrar a las mujeres del campo de América latina, en igualdad de condiciones, a los procesos de desarrollo y al reconocimiento pleno de nuestros derechos.

En este contexto, suscribimos la siguiente

1. Ratificamos la necesidad de continuar luchando por nuestros derechos y de todos los trabajadores del campo, reafirmando con la firme convicción, que nuestra lucha es de la igualdad de género, de clase y de pueblo.

2. Denunciamos y repudiamos enérgicamente todas las formas de discriminación y violencia que vivimos las mujeres del campo latinoamericano y exigimos a los gobiernos el cumplimiento de los acuerdos internacionales, que garantizan el respeto a la vida y a la no violencia contra las mujeres, por ellos suscritos.

3. Demandamos a la CLOC que asuma las propuestas y resoluciones emanadas de esta II Asamblea de Mujeres del campo.

4. Reafirmamos que la unión de las organizaciones del campo y de mujeres es un elemento indispensable para enfrentar los embates del neoliberalismo en contra de nuestros pueblos. Solidarizamos con las luchas que en este momento libran las hermanas indígenas, negras y del campo, en los distintos países del continente en defensa de sus derechos, de la tierra y de la vida.

5. Ratificamos la Solidaridad con las Mujeres Campesinas y cooperativistas cubanas, quienes representan un ejemplo de resistencia, inquebrantable valor y decisión en su justa lucha contra el imperialismo norteamericano en su heroica batalla en defensa del Socialismo y la Revolución Cubana.

6. Ratificamos la necesidad de sumar a nuestras luchas a otros sectores que comparten la voluntad de lograr una equidad de género y de levantarse en contra del modelo neoliberal que vulnera la ruralidad.

7. Estamos en contra de las políticas agrícolas transnacionales que vulneran la seguridad y soberanía alimentaria de nuestras familias y pueblos.

8. Manifestamos nuestra preocupación por la creciente e irrefrenable Migración del campo a las ciudades y del hemisferio sur al norte, producto de la aplicación de políticas neoliberales que impactan de manera negativa los procesos de desarrollo del campo y que se reflejan en la feminización de la pobreza, la desarticulación de las familias, la pérdida de identidad cultural, el despoblamiento del campo.

9. Rechazamos enérgicamente la existencia de planes represivos, neocolonialistas y antidemocráticos que se están imponiendo en América, a través del Plan Colombia y Plan Puebla Panamá.

10. Nosotras, guardadoras ancestrales de las semillas, declaramos que éstas son patrimonio de nuestras comunidades, de nuestros pueblos y de toda la humanidad. Rechazamos absolutamente la patentación de las semillas y la intromisión en nuestras tierras de transgénicas.

11. Hacemos público nuestro compromiso de seguir luchando y trabajando por alcanzar condiciones de equidad entre hombres y mujeres en nuestras comunidades, organizaciones, países y en el mundo.

12. Declaramos nuestra más profunda anhelos: Que sólo las luchas organizadas de los pueblos, permitirán los cambios necesarios para construir una nueva sociedad que hará florecer la mujer y el hombre nuevos de esta gran patria que es América Latina.

¡Globalicemos la lucha,
globalicemos la esperanza,
globalicemos la igualdad en la diversidad!

MÉXICO, D.F., 7 de Agosto de 2001

 

 

Declaración Final del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria (2002-01-01)

2002-01-01
La Habana, Cuba, 7 de septiembre del 2001

Declaración Final del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria

Por el derecho de los pueblos a producir, a alimentarse y a ejercer su soberanía alimentaria

Del 3 al 7 de septiembre del año 2001, nos reunimos en La Habana, Cuba, 400 delegadas y delegados de organizaciones campesinas, indígenas, asociaciones de pescadores, organizaciones no gubernamentales, organismos sociales, académicos e investigadores de 60 países de todos los continentes en el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria.

Este Foro se realizó en Cuba con la convocatoria de su Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y un conjunto de movimientos y redes internacionales, organizaciones y personas comprometidas con las agriculturas campesinas e indígenas, la pesca artesanal, los sistemas alimentarios sustentables y el derecho de los pueblos a alimentarse. Es también un reconocimiento al esfuerzo de un país del Tercer Mundo que a pesar de sufrir por más de cuatro décadas el ilegal e inhumano bloqueo impuesto por los Estados Unidos y el uso de los alimentos como arma de presión económica y política, ha sido capaz de garantizar el derecho humano a la alimentación de toda su población a través de una política de Estado coherente, activa, participativa y de largo plazo sobre la base de una profunda reforma agraria, la valorización y apoyo de los pequeños y medianos productores y la participación y movilización de toda la sociedad.

Nos reunimos para analizar por qué cada día aumenta el hambre y malnutrición en el mundo, por qué se ha profundizado la crisis de la agricultura campesina, indígena, la pesca artesanal, los sistemas alimentarios sustentables, por qué los pueblos pierden soberanía sobre sus recursos? Asimismo nos reunimos para construir colectivamente, desde la perspectiva de los pueblos y no de las corporaciones alimentarias transnacionales, propuestas y alternativas viables y estrategias de acción a escala local, nacional y mundial que reviertan las tendencias actuales y permitan impulsar nuevos enfoques, políticas e iniciativas capaces de asegurar un presente y un futuro digno y sin hambre para todos las mujeres y hombres del mundo.

Después de 5 años de la Cumbre Mundial de la Alimentación, 7 años de los acuerdos sobre agricultura de la Ronda de Uruguay del GATT (hoy OMC) y dos décadas de políticas neoliberales aplicadas por gran parte de los gobiernos, las promesas y compromisos para satisfacer las necesidades de alimentación y el bienestar nutricional para todos están muy lejos de haberse cumplido. Todo lo contrario, la realidad es que las políticas económicas, agrícolas, pesqueras y comerciales impuestas por el Banco Mundial, el FMI y la OMC, auspiciadas por las corporaciones transnacionales, han profundizado la brecha entre países ricos y pobres y dentro de ellos y la desigual distribución del ingreso; han agravado las condiciones de producción de alimentos y el acceso a una nutrición sana y suficiente para la mayoría de los pueblos, incluso de los llamados países desarrollados. En consecuencia, el derecho humano más elemental, el derecho a alimentarse y al bienestar nutricional contenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es letra muerta en la mayoría de los pueblos del mundo.

La sustentabilidad de los sistemas alimentarios no es una cuestión solamente técnica. Constituye un desafío que implica la más alta voluntad política de los Estados. La lógica de la ganancia genera una situación de insustentabilidad de los sistemas alimentarios al sobrepasar los límites a la producción permitidos por la naturaleza. La sustentabilidad de los sistemas alimentarios no es viable en el sistema actual de comercio y en el contexto de la liberalización promovida desde la OMC y los organismos financieros internacionales.

La esperanza de un nuevo milenio sin hambre se ha visto frustrada para vergüenza de toda la humanidad.

Las causas reales del hambre y malnutrición

El hambre, la desnutrición y la exclusión de millones de personas al acceso a bienes y recursos productivos tales como la tierra, el bosque, el mar, el agua, las semillas, la tecnología y el conocimiento, no son efecto de la fatalidad, de un accidente, de un problema de la geografía o de los fenómenos climatológicos. Ante todo son una consecuencia de determinadas políticas económicas, agrícolas y comerciales a escala mundial, regional y nacional que han sido impuestas por los poderes de los países desarrollados y sus corporaciones en su afán de mantener y acrecentar su hegemonía política, económica, cultural y militar en el actual proceso de reestructuración económica global.

Ante los planteamientos ideológicos neoliberales de dichas políticas:

– Afirmamos que los alimentos no son una mercancía más y que el sistema alimentario no puede ser tratado con la única lógica del mercado.

– Consideramos una falacia el argumento de que la liberalización del comercio agrícola y pesquero internacional garantiza el derecho a la alimentación de las personas.

– La liberalización comercial no posibilita necesariamente el crecimiento económico y el bienestar de la población.

– Los países subdesarrollados son capaces de producir sus propios alimentos y pueden serlo en el futuro.

– La concepción promovida por el neoliberalismo sobre las ventajas comparativas produce graves perjuicios para los sistemas alimentarios. Dentro de esta lógica, la importación de alimentos básicos tiende a desmantelar la producción doméstica para comprarlos «más baratos» a los países ricos, induciendo a la reorientación de sus recursos productivos a cultivos de exportación «más competitivos y de mayor valor agregado» para los mercados del Primer Mundo. Es una mentira que los países no deban preocuparse por establecer y conducir políticas de Estado que garanticen la seguridad alimentaria de sus ciudadanos. Los neoliberales argumentan que el supermercado global de los países exportadores les resuelve cualquier pedido sin problema alguno.

– Tratan de engañar a la ciudadanía cuando afirman que las agriculturas campesinas e indígenas y la pesca artesanal son ineficientes e incapaces de responder a las necesidades crecientes de producción de alimentos. Con esta afirmación se pretende imponer una agricultura y pesca industrial intensivas de gran escala.

– Denunciamos que cuando se argumenta que la población rural es excesiva en comparación con su aporte al producto interno bruto, de lo que se trata en realidad es de expulsar en forma brutal a la población rural de sus tierras, a las comunidades pesqueras de sus costas y áreas marítimas, privatizando sus recursos naturales.

– Rechazamos que la forma de hacer frente a las necesidades crecientes de alimentos en el mundo sea a través de la agricultura y la pesca de gran escala, industrial e intensiva.

– Nos quieren convencer que la única función de los campesinos, pescadores e indígenas es dar paso a la privatización de sus tierras y recursos naturales. Esto obliga, entre otros efectos, a la migración masiva a las ciudades o al extranjero para aumentar la oferta de mano de obra barata necesaria para incrementar la «competitividad» de los sectores dinámicos de las economías nacionales vinculados a la exportación y de las empresas transnacionales. Lo anterior a la vez que en los países desarrollados se agrava el desempleo y la exclusión laboral.

– Se intenta imponer el patrón alimentario de las corporaciones trasnacionales como el único viable, apropiado y correcto en un mundo global; se trata de un verdadero imperialismo alimentario que atenta contra la diversidad de las culturas alimentarias de los pueblos, sus identidades nacionales, culturales y étnicas.

– En esta perspectiva, las potencias hegemónicas usan los alimentos como arma de presión política y económica contra países soberanos y movimientos populares de resistencia.

– Todo lo anterior tiene lugar en el marco del debilitamiento sistemático de los Estados y de la promoción de falsas democracias que excluyen sistemáticamente el interés público y la participación real de la sociedad en general y de la población rural en particular en el debate, diseño, decisión, ejecución y control de las políticas públicas.

Las consecuencias de las políticas neoliberales

Las consecuencias de dichas políticas falsas y erróneas están a la vista: han aumentado las ventas y las ganancias de los poderes económicos de los países desarrollados mientras que los pueblos del Tercer Mundo han visto crecer su deuda externa y los sectores populares han aumentado sus niveles de pobreza, miseria y exclusión. La concentración del mercado agrícola internacional en unas cuantas empresas trasnacionales se ha acelerado mientras que aumenta la dependencia e inseguridad alimentaria de la mayoría de los pueblos.

Continúan subsidiando fuertemente a la agricultura y pesca de exportación en tanto que muchos gobiernos dejan totalmente desprotegidos a los pequeños y medianos productores que producen principalmente para el mercado interno.

Las políticas de subvenciones a la producción y subsidios a las exportaciones de los países desarrollados permiten que las trasnacionales adquieran productos a muy bajos precios para venderlos a precios mucho más altos a los consumidores tanto del sur como del norte.

Las políticas neoliberales hacia el campo, en realidad han impulsado un proceso de desruralización forzada de vastas proporciones y consecuencias dramáticas, una auténtica guerra contra las agriculturas campesinas e indígenas que, en algunos casos, llega a configurar un verdadero genocidio y etnocidio.

Las comunidades de pescadores artesanales han ido perdiendo cada vez más el acceso a sus propios recursos.

Con las políticas neoliberales, el hambre y la malnutrición crecen, no por ausencia de alimentos, sino por ausencia de derechos.

Somos testigos de ejemplos que permiten afirmar que la erradicación del hambre y la malnutrición y el ejercicio de la soberanía alimentaria duradera y sustentable son posibles. Asimismo, hemos visto en prácticamente todos los países infinidad de experiencias campesinas y indígenas de producción sustentable y orgánica de alimentos y de una gestión sustentable y diversificada de los espacios rurales.

Por todo lo anterior, los participantes en el Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria declaramos:

1. La soberanía alimentaria es la vía para erradicar el hambre y la malnutrición y garantizar la seguridad alimentaria duradera y sustentable para todos los pueblos Entendemos por soberanía alimentaria el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental.

2. La soberanía alimentaria favorece la soberanía económica, política y cultural de los pueblos.

3. La soberanía alimentaria de los pueblos reconoce una agricultura con campesinos, indígenas y comunidades pesqueras, vinculada al territorio; prioritariamente orientada a la satisfacción de las necesidades de los mercados locales y nacionales; una agricultura que tome como preocupación central al ser humano; que preserve, valore y fomente la multifuncionalidad de los modos campesinos e indígenas de producción y gestión del territorio rural. Asimismo, la soberanía alimentaria supone el reconocimiento y valorización de las ventajas económicas, sociales, ambientales y culturales para los países de la agricultura en pequeña escala, de las agriculturas familiares, de las agriculturas campesinas e indígenas.

4. Nos pronunciamos por el reconocimiento de los derechos, autonomía y cultura de los pueblos indígenas de todos los países como condición ineludible para combatir el hambre y la malnutrición y alcanzar el derecho a la alimentación para su población. La soberanía alimentaria implica el reconocimiento a la multietnicidad de las naciones y el reconocimiento y valorización de las identidades de los pueblos originarios. Esto implica, además, el reconocimiento al control autónomo de sus territorios, recursos naturales, sistemas de producción y gestión del espacio rural, semillas, conocimientos y formas organizativas. En este sentido, apoyamos las luchas de todos los pueblos indígenas y negros del mundo y nos pronunciamos por el respeto irrestricto a sus derechos.

5. La soberanía alimentaria implica, además, la garantía al acceso a una alimentación sana y suficiente para todas las personas, principalmente para los sectores más vulnerables, como obligación ineludible de los Estados Nacionales y el ejercicio pleno de derechos de la ciudadanía. El acceso a la alimentación no debe ser considerada como una compensación asistencialista de los gobiernos o una caridad de entidades públicas o privadas, nacionales o internacionales.

6. La soberanía alimentaria implica la puesta en marcha de procesos radicales de reforma agraria integral adaptados a las condiciones de cada país y región, que permitan a los campesinos e indígenas -considerando a las mujeres en igual de oportunidades- un acceso equitativo a los recursos productivos, principalmente tierra, agua y bosque, así como a los medios de producción, financiamiento, capacitación y fortalecimiento de sus capacidades de gestión e interlocución. La Reforma Agraria, en primer lugar, debe ser reconocida como una obligación de los Estados Nacionales donde este proceso es necesario en el marco de los derechos humanos y como una eficiente política pública de combate a la pobreza. Dichos procesos de reforma agraria deben estar controlados por las organizaciones campesinas -incluyendo el mercado de los arriendos-, garantizar los derechos individuales de los productores con los colectivos sobre los terrenos de uso común y articulados con políticas agrícolas y comerciales coherentes. Nos oponemos a las políticas y programas de mercantilización de la tierra promovidas por el Banco Mundial en sustitución de verdaderas reformas agrarias y aceptadas por los gobiernos.

7. Apoyamos la propuesta presentada por organizaciones de la sociedad civil, en 1996, para que los referidos Estados elaboren un Código de Conducta sobre el Derecho Humano a la Alimentación adecuada, que sirva efectivamente como instrumento para la implementación y promoción de este derecho. El derecho a la alimentación de los pueblos, incluido en la declaración de los Derechos Humanos y ratificado en la Cumbre Mundial de Alimentación en Roma, en 1996, por los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

8. Proponemos la ratificación más rápida y la aplicación por un mayor número de países del Pacto sobre los derechos económicos, sociales y culturales adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1966.

9. En defensa del principio del derecho inalienable de los pueblos a la alimentación, proponemos la adopción por las Naciones Unidas de una Convención Mundial de Soberanía Alimentaria y Bienestar Nutricional, a la cual se subordinen las decisiones tomadas en los campos de comercio internacional y otros dominios.

10. El comercio alimentario internacional debe estar subordinado al propósito supremo de servir al ser humano. La soberanía alimentaria no significa autarquía, autosuficiencia plena o la desaparición del comercio agroalimentario y pesquero internacional.

11. Rechazamos toda injerencia de la OMC en la alimentación, agricultura y pesca y su pretensión de determinar las políticas nacionales de alimentación. Nos oponemos categóricamente a sus acuerdos sobre propiedad intelectual de organismos vegetales y otros seres vivos así como su intención de llevar a cabo una nueva ronda de negociaciones (la llamada Ronda del Milenio), incluyendo nuevos temas de negociación. Fuera la OMC de la alimentación.

12. Proponemos la creación de un nuevo orden democrático y transparente para regular el comercio internacional que incluya la creación de una corte internacional de apelación independiente de la OMC y el fortalecimiento de la UNCTAD como espacio de negociaciones multilaterales en torno a un comercio alimentario justo. De igual manera proponemos impulsar esquemas de integración regional desde las organizaciones de productores, fuera de los objetivos y parámetros neoliberales.

13. Demandamos el cese inmediato de las prácticas desleales de que establecen precios de mercado por debajo de los costos de producción y aplican subvenciones a la producción y subsidios a las exportaciones.

14. Nos pronunciamos en contra del ALCA, que no es mas que un proyecto estratégico hegemónico de Estados Unidos para consolidar su dominación sobre América Latina y el Caribe, ampliar sus fronteras económicas y asegurarse un gran mercado cautivo.

15. Apoyamos la reivindicación de las organizaciones campesinas y sociales de México por una suspensión de los acuerdos del TLCAN en materia agrícola.

16. Los recursos genéticos son el resultado de milenios de evolución y pertenecen a toda la humanidad. Por tanto, debe ser prohibida la biopiratería y las patentes sobre seres vivos, incluyendo el desarrollo de variedades estériles mediante procesos de ingeniería genética. Las semillas son patrimonio de la humanidad. La monopolización por unas cuantas empresas transnacionales de las tecnologías de creación de organismos genéticamente modificados (OGMs) representa una grave amenaza a la soberanía alimentaria de los pueblos. Al mismo tiempo, en virtud de que se desconocen los efectos de los OGMs sobre la salud y el medio ambiente, demandamos la prohibición de la experimentación a cielo abierto, producción y comercialización hasta que se pueda conocer con seguridad su naturaleza e impactos, aplicando estrictamente el principio de precaución.

17. Es necesario emprender una profunda difusión y valoración de la historia agrícola y de la cultura alimentaria en cada país, denunciando al mismo tiempo las imposiciones de patrones alimentarios extraños a las culturas alimentarias de los pueblos.

18. Manifestamos la decisión de integrar los objetivos de bienestar nutricional las políticas y programas alimentarios nacionales, incluyendo los sistemas productivos locales, promoviendo su diversificación hacia alimentos ricos en micronutrientes; defender la calidad e inocuidad de los alimentos consumidos por las poblaciones y la decisión de luchar por el derecho a la información para todas las personas, sobre los alimentos que consume, reforzando la reglamentación del etiquetado de los alimentos y el contenido de la publicidad alimentaria, ejerciendo el principio de precaución

19. La soberanía alimentaria debe asentarse en sistemas diversificados de producción, basados en tecnologías ecológicamente sustentables. Es necesario articular las iniciativas de producción y consumo sustentables de alimentos generadas en los niveles locales por los pequeños productores con el establecimiento de políticas públicas que contribuyan a la construcción de sistemas alimentarios sustentables en el mundo.

20. Demandamos una valorización justa para las comunidades campesinas, indígenas y pesqueras por la gestión sustentable y diversificada de los espacios rurales vía precios apropiados y programas de incentivos.

21. Al abordar los problemas de la alimentación en el mundo hay que tomar en cuenta la diversidad cultural que determina diversos contextos locales y regionales porque entendemos que el cuidado del medio ambiente y de la biodiversidad está en estrecha relación con el reconocimiento de la diversidad cultural.

22. Al desarrollo de sistemas alimentarios sustentables se hace necesario integrar la problemática nutricional, como ejemplo la exigencia por regular el manejo de los agrotóxicos.

23. Reconocemos y valoramos el rol fundamental de las mujeres en la producción, recolección, comercialización y transformación de los productos de la agricultura y las pesca y en la preservación y reproducción de las culturas alimentarias de los pueblos. Respaldamos la lucha de las mujeres por el acceso a los recursos productivos, por su derecho a producir y a consumir la producción local.

24. Los pescadores artesanales y sus organizaciones no renunciaremos a nuestros derechos sobre el libre acceso a los recursos pesqueros y a que se establezcan y protejan las zonas de reserva de uso exclusivo para la pesca artesanal. Igualmente exigimos el reconocimiento de los derechos ancestrales e históricos sobre la zona costera y aguas interiores.

25. Deben ser revisadas las políticas y programas de ayuda alimentaria. No han de ser un factor de inhibición del desarrollo de capacidades locales y nacionales de producción de alimentos, ni favorecer la dependencia, la distorsión de los mercados locales y nacionales, la corrupción y la colocación de excedentes de alimentos nocivos para la salud, en particular sin OGMs.

26. La soberanía alimentaria únicamente es posible conquistarla, defenderla y ejercerla a través del fortalecimiento democrático de los Estados y de la autoorganización, iniciativa y movilización de toda la sociedad. Se requieren políticas de Estado de largo plazo, una efectiva democratización de las políticas publicas y la construcción de un entorno social solidario.

27. Condenamos la política norteamericana de bloqueo a Cuba y otros pueblos y el uso de los alimentos como arma de presión económica y política contra países y movimientos populares. Esta política unilateral debe cesar inmediatamente.

28. La soberanía alimentaria es un concepto ciudadano que concierne al conjunto de la sociedad. Por esta razón el diálogo social debe abrirse a todos los sectores sociales implicados.

29. La consecución de la soberanía alimentaria y la erradicación del hambre y la malnutrición es posible en todos los países y para todas las personas. Manifestamos nuestra decisión de continuar luchando contra la globalización neoliberal, manteniendo e incrementando una activa movilización social, construyendo alianzas estratégicas y asumiendo decisiones políticas firmes.

30. Se acuerda hacer una llamado para desplegar una intensa actividad y una amplia movilización en torno de los siguientes ejes de lucha:

– Declarar el 16 de octubre como el Día Mundial por la Soberanía Alimentaría, hasta hoy llamado Día Mundial de la Alimentación.

– Exigir que se lleve a cabo la Cumbre Mundial de la Alimentación 5 años después programada del 5 al 10 de noviembre del presente año y que la FAO asuma su plenamente su mandato y responsabilidad. Las organizaciones sociales (OSC) deben organizar eventos en los niveles nacional y continental para impulsar sus propuestas y presionar a las delegaciones oficiales.

– Exigir al gobierno italiano el respeto total a la libertad de manifestación y se abstenga de reprimir a los movimientos sociales contra la globalización neoliberal.

– Participar y movilizarse en torno a la Reunión Ministerial de la OMC a celebrarse en Qatar del 9 al 13 de noviembre del 2001, el Encuentro Hemisférico contra el ALCA del 13 al 16 de noviembre del 2001 en La Habana, y al II Foro Social Mundial a llevarse a cabo en Porto Alegre del 31 de enero al 6 de febrero del 2002.

Dado en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba, el 7 de septiembre de 2001.

Fuera la OMC de la alimentación Otro mundo es posible