Ginebra, 15 Junio
La Vía Campesina, el movimiento campesino mundial que representa las voces de más de 200 millones de pequeñxs campesinxs de Asia, África, Europa y de las Américas, se ha movilizado contra la OMC durante toda la semana. La crisis alimentaria que actualmente azota al mundo es una prueba de más de que el libre-intercambio lejos de aportar seguridad alimentaria, está matando de hambre a los pueblos.
La Organización Mundial de Comercio una vez más fracasó en la propuesta de una solución permanente sobre la posesión de reservas públicas con fines de seguridad alimentaria. Durante más de ocho años, los países ricos han bloqueado las propuestas concretas de los miembros africanos y asiáticos del G33 sobre esta cuestión.
Jeongyeol Kim, de la Asociación Coreana de Mujeres Campesinas y miembro del Comité de Coordinación Internacional (CCI) de La Vía Campesina, señala que:
“El libre comercio provoca hambre. Después de 27 años de gobierno de la OMC, esta conclusión es clara. Es hora de sacar la agricultura de todos los acuerdos de libre comercio. La pandemia, incluso el impacto y las perturbaciones causadas por la guerra han dejado claro que necesitamos un sistema de gobernanza alimentaria local y nacional basado en las personas, no en la agroindustria. Un sistema que se basa en los principios de solidaridad y cooperación en lugar de la competencia, la coerción y las agendas geopolíticas.”
Burry Tunkara, de la Organización de Pequeñxs Agricultorxs, Pescadorxs y Silvicultorxs de Gambia, y uno de los principales líderes jóvenes de La Vía Campesina, se hace eco de este mismo sentimiento en este testimonio:
“La OMC sólo defiende a los ricos y sus intereses comerciales. Es una herramienta del neocolonialismo. Sólo sirve a los intereses de las multinacionales para encontrar nuevos mercados y mano de obra más barata. ¡Es hora de detenerla!”
La agenda socioeconómica de los países más pobres y de menos renta no es la prioridad de la OMC. Así lo demuestra su incapacidad para establecer un mecanismo de protección contra el “dumping” de los países ricos y su enfoque de las subvenciones a la pesca a costa de lxs pescadorxs a pequeña escala. No tiene sentido intentar reformar una institución construida para favorecer los intereses comerciales de un puñado de empresas multinacionales.
Perla Álvarez de Paraguay, y miembro de la Coordinación Latinoamericana de La Vía Campesina (CLOC) declaró que el cambio sistémico es urgente y necesario:
“La crisis alimentaria mundial es un momento de verdad para nosotros. No hay lugar para un enfoque de “seguir como siempre”. Presentamos propuestas a corto y largo plazo que pueden cambiar radicalmente el modo en que el comercio afecta a las comunidades campesinas de todo el mundo.”
Hoy, 15 de junio, desde Ginebra, cuando la Conferencia Ministerial de la OMC ha traicionado una vez más las expectativas de las poblaciones más afectadas por la crisis alimentaria, nosotros, La Vía Campesina, compartimos nuestras propuestas.
La Vía Campesina hace un llamamiento a todos los gobiernos nacionales para que repongan las reservas públicas y apoyen la creación de reservas de alimentos a nivel comunitario con productos locales procedentes de prácticas agroecológicas. También pide a todos los gobiernos que pusieran en marcha la legislación anti-dumping necesaria para impedir que los exportadores de destruir los mercados locales.
Yudhvir Singh de la Unión Bhartiya Kisan, que forma parte de los sindicatos que encabezaron la histórica movilización de lxs agricultorxs indixs en 2021, presenta la experiencia de su país con las reservas públicas de alimentos:
“Lxs campesinxs necesitan políticas públicas fuertes, como precios mínimos y reservas públicas, para seguir viviendo dignamente de la producción de alimentos. Los ataques de la OMC contra nuestro modelo de regulación del mercado son extremadamente peligrosos. El G33 debe seguir resistiendo y aprovechar las aspiraciones y esperanzas de lxs pequeñxs productorxs.”
La Vía Campesina ha pedido la suspensión inmediata de todas las normas vigentes de la OMC que impiden a los países crear reservas públicas de alimentos y regular el mercado y los precios. Los gobiernos deben tener derecho a utilizar los criterios elegidos por ellos mismos para proteger y promover su soberanía alimentaria. Cada país debe poder desarrollar su propia política agrícola y alimentaria y proteger los intereses de sus campesinxs, sin perjudicar a otros países. Debe prohibirse el uso de productos agrícolas para los agro-combustibles. La Vía Campesina también pidió el fin de la especulación.
“La reforma agraria es necesaria para construir la soberanía alimentaria”, añadió Zainal Arifin Fuat de Serikat Petani Indonesia y miembro del Comité Internacional de Coordinación de LVC.
“Los gobiernos deben detener el acaparamiento de agua, semillas y tierras por parte de las empresas transnacionales y garantizar a lxs pequeñxs productorxs derechos justos sobre los bienes comunes.”
Nosotrxs, La Vía Campesina, insistimos en que, en el contexto de la pandemia y de la crisis mundial de abastecimiento, los gobiernos den prioridad a los mercados locales.
Morgan Ody, campesina en Bretaña, Francia, y coordinadora general de La Vía Campesina, declara en nombre del movimiento campesino mundial:
“La Organización Mundial de Comercio es un proyecto fallido. Nuestro movimiento campesino mundial hace un llamamiento a todos los Estados, especialmente a los del Sur, que abandonen inmediatamente la OMC. Hay que crear un nuevo marco internacional para la agricultura y el comercio basado en la soberanía alimentaria. Sólo así podremos defender los intereses de lxs pequeñxs productorxs de alimentos.”
Nota del editor:
La Vía Campesina cuenta con 181 organizaciones campesinas en más de 80 países. La red mundial de campesinxs y sus aliadxs han liderado las negociaciones en la ONU durante 17 años, lo que llevó a las Naciones Unidas a adoptar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de lxs Campesinxs y Otrxs Trabajadorxs Rurales (UNDROP) en 2018.
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