Perú: Mujer campesina y originaria guardiana de la vida

8 de Marzo de 2016

Las familias originarias, campesinas y agricultoras de la Confederación Nacional Agraria – CNA, expresamos un saludo especial a todas las mujeres del Perú y el Mundo, en especial a aquellas que trabajan la tierra y siembran la vida para alimentar a sus familias y a los pueblos.

Este es un día para conmemorar el coraje de aquellas que han forjado  sociedades más justas y equitativas, pero también para demandar el cumplimiento de derechos y compromisos para la promoción y el reconocimiento del rol de las mujeres en la sociedad. Por este motivo, nuestra organización expresa lo siguiente:

–          La mujer es un miembro fundamental para la agricultura familiar, actividad que abastece de alimentos a  8 de cada 10 hogares en el Perú. Son ellas las que conservan las semillas, por lo que resguardan nuestra agrobiodiversidad. Sin embargo, es constante la condición de pobreza y desatención de estas mujeres  que viven en  zonas rurales.

–          La actual crisis, como la ambiental y la climática, vulnera el derecho a un medio saludable y propicio para desarrollar la vida. Las mujeres de las zonas rurales y sus familias están padeciendo los estragos del clima pero también el arrebato de sus tierras y territorios para beneficio de capitales de inmobiliarias, agroexportación y extractivismo.

–          Es constante la violencia contra la mujer, como la física, la sicológica y el abuso sexual; que  muchas veces se ha desencadenado en feminicidios,  7 de cada 10 mujeres en el mundo son asesinadas por esta causa.  La violencia está instalada en las casas y la sociedad en general; siendo las más vulnerables las mujeres de temprana edad y las que viven en zonas de pobreza.  

–          Otra forma de violencia es la esterilización forzada que padecieron sistemáticamente miles de mujeres indígenas campesinas durante el gobierno de Alberto Fujimori, donde se les arrebató el derecho y la libertad de procrear. Ahora, ellas están exigiendo al Estado reparaciones y sanción a los responsables políticos de esta barbarie.

–          La participación política de la mujer en espacios públicos  y dentro de las organizaciones es una realidad pero necesita seguir promoviéndose. Su rol no se limita a las tareas domésticas y a las de corte productivo. Esto pasa por reconocer el aporte de muchas lideresas en procesos políticos que han orientado el rumbo de las sociedades.

Finalmente, nos solidarizamos con las causas que las mujeres organizadas han emprendido contra las distintas formas de violencia. Exigimos al Estado Peruano el cumplimiento de los derechos y reparaciones para las que han padecido la violencia desde instancias superiores y locales. Y demandamos atención a las mujeres rurales en derechos básicos como salud, alimentación y educación, a la tierra y territorio. Sigamos luchando y construyendo nuestro Buen Vivir.

 

¡Por Berta, Máxima, Micaela y todas nosotras!

¡Mujer, semilla de vida y fuerza de cambio!

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