Mariano Pancar y Mercedes Guacho: la experiencia agroecológica en la comunidad campesina de Alto Columbe (Ecuador). Asociación y rotación de cultivos, independencia de los insumos químicos, conservación de la semilla, compartir conocimientos, fortalecer el núcleo familiar, no vender las tierras, “que nuestro dinero no vaya a los ricos”, apostar a la soberanía alimentaria.
Con este puñado de conceptos, mucha decisión y la convicción de que la letra constitucional ecuatoriana debe hacerse realidad palpable tarde o temprano en el medio rural, viven y resisten los integrantes de la comunidad Alto Columbe, a una hora y media de la ciudad de Riobamba, provincia de Chimborazo.
Entre ellos se encuentran Mercedes Guacho y su esposo, Mariano Pancar.
Cuando ambos recibieron a Radio Mundo Real, en su casa, a unos 3000 metros de altura sobre el nivel del mar, en zonas intensamente productivas, casi al nivel de páramo, mostraron con orgullo indisimulado la división de potreros para el ganado, los ensayos en agroforestería, el sistema de terrazas, la implantación de cultivos asociados tradicionales y revalorizados, algunos de ellos casi desaparecidos en la zona del Alto Columbe.
Mariano recuerda que así mismo trabajaron sus mayores, pero que a influjo del paquete tecnológico de la revolución verde la zona se fue volviendo menos rica en cultivos y más dependiente en caros insumos, que transformaban de hecho a los proveedores en “socios” de la ardua tarea de los campesinos.
En su casa está colocado el tendido eléctrico, es verdad, aunque sin conexión. Pero lo que verdaderamente apremia para esta comunidad es la posibilidad de hacer llegar agua de regadío que les permita extender sus meses de cultivo y cosecha.
Los cuatro tradicionales meses de lluvias se han visto reducidos a poco más de dos y en ellos las precipitaciones se han vuelto más violentas y copiosas, volviendo ineficaces las prácticas tradicionales para mitigar la erosión de los suelos en pendiente.
En la región andina ecuatoriana las fuentes de agua provienen de la zona de páramos, superando los 3.600 metros de altitud. Sin embargo, la forestación con especies exóticas como pino y eucalipto o el corrimiento de la frontera agrícola hacia esas regiones ha motivado el empobrecimiento de esas cuencas, por lo que la posibilidad de riego se hace cada véz más costosa, remota e inconstante, señalan Mariano y Mercedes.
“En las ciudades hay mucha influencia de los almacenes, de los supermercados y se están imponendo la alimentación ’chatarra’, ’casi listo’”, reflexiona asimismo Mariano.
Mariano Pancar y Mercedes Guacho: la experiencia agroecológica en la comunidad campesina de Alto Columbe (Ecuador)
“Cultivando los campesinos se puede tener el mejor alimento para la humanidad, pero falta la toma de conciencia y existen malas influencias en el país” que no defienden la producción familiar campesina, señala este indígena campesino ecuatoriano.
La finca de Mariano y Mercedes forma parte del Comité de Granjas Agroecológicas que ha venido trabajando desde hace varios años intentando rescatar los saberes ancestrales y actualizar las prácticas campesinas hacia la agroecología como opción productiva pero también como mensaje político, de resistencia frente a la descampesinización del medio rural, el avance de los monocultivos para agrocombustibles (palma africana, caña de azúcar) y también la desertificación humana de las regiones de su provincia ante la penetración de megaproyectos mineros o forestales.
Mercedes Guacho, por su parte, destaca la importancia de que el ejemplo del cambio de sistema productivo en su comunidad pueda ser compartido para sumar más familias a este movimiento creciente.
Comenta que muchas son las familias que al ver los cambios producidos en su finca, como la incorporación de plantas medicinales con que asisten a sus “guaguas” (hijos pequeños) se muestran interesadas en dejar de ser solamente asalariados de los intermediarios y mejorar la calidad de vida propia y de sus comunidades.
Foto: Radio Mundo Real