Reunión de la Campaña de Semillas CLOC-Vía Campesina

_DSC0134La Campaña de las Semillas convocada desde Vía Campesina e impulsada en nuestro continente por la CLOC junto con diversas organizaciones y movimientos se ha desarrollado en los últimos años a través de miles de iniciativas locales donde las mujeres, las comunidades indígenas y campesinas han desempañado un rol preponderante en demostrar cómo las semillas nos permiten resistir, producir y defender nuestra identidad. Hoy en el desarrollo del V Congreso de la CLOC-V.C. enfrentamos el desafío de revitalizar su papel como centro de la vida y de la producción campesina.

En este contexto, nos reunimos en Quito con el propósito de compartir y evaluar los caminos recorridos, las acciones y formulaciones políticas y, construir y ampliar propuestas que nos permitieran dar un nuevo impulso y convertirla en parte integral de los debates, la elaboración y las banderas políticas de la CLOC y la Vía Campesina.

El camino recorrido.

La historia de la Campaña tiene sus orígenes en el 3° Congreso de la Cloc “Soberanía alimentaria por un futuro sin hambre. Fuera la OMC de la agricultura”, realizado en México en 2001, cuando las mujeres de la CLOC reunidas en la Segunda Asamblea Continental de las Mujeres del Campo: Mujeres del campo, cultivando un milenio de vida, justicia e igualdad”, propusieron al III Congreso de la Cloc y a La Vía Campesina llevar a cabo una campaña mundial de defensa de las semillas nativas y criollas.

De este modo, La Vía Campesina y Amigos de la Tierra Internacional junto a otras organizaciones aliadas, durante el Foro que se realizó en el marco de la Cumbre Mundial de la Alimentación (Roma, 2002), establecieron que las semillas son la continuidad de la vida y garantía de la soberanía alimentaria, lanzando la campaña mundial “Las semillas patrimonio común de la humanidad”.

En la Declaración en Roma señalamos “que desde sus orígenes, la agricultura fue protegida por las culturas ancestrales, quienes nos la legaron en herencia y nos enseñaron a preservarla y continuar asi con la vida”. Las semillas son obra campesina e indígena, una creación colectiva que refleja la historia de los pueblos y especialmente de sus mujeres, quienes fueron sus creadoras iniciales y se han mantenido a través de la historia como sus principales guardianas y mejoradoras.

Y además afirmamos, que “nunca el proceso de expropiación y marginacion contra pueblos indigenas, aborígenes y campesinos del mundo habia sido tan fuerte, cruel y despiadado como ahora. Por la globalización de la ambicion, por poderosas corporaciones transnacionales que se han venido apropiando de nuestras tierras y privatizando la vida y confiscando nuestros derechos colectivos, de presentes y futuras generaciones, al pretender imponer supuestos derechos de propiedad intelectual de los genomas y la manipulación genética”.

Enfatizamos que “sin semillas no hay agricultura; sin agricultura no hay  alimentacion; y sin alimentacion no hay pueblos. por eso hoy nos declaramos en una gran campaña mundial en defensa de las semillas sustentadoras de la vida, impulsando  la declaración en que sean reconocidas como patrimonio comun de la humanidad”.

En el Tercer Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre en enero de 2003, la Via Campesina levanta con mas fuerzas las banderas de la Soberanía Alimentaria y desde la Campaña Semillas nos planteamos llevar a cabo diversas acciones para impedir la manipulación genética que tenga como motivación la dominación y opresión de los pueblos. Llamamos a fomentar y estimular el libre intercambio de semillas, el rescate de experiencias locales de conservación, y las ferias campesinas para compartir sabidurías, intercambiar semillas y productos agroecológicos dinamizando mercados locales y regionales. También nos planteamos concretar diversas acciones para recuperar la memoria histórica y la cultura ancestral del manejo de semillas, promoviendo una agricultura ecológica urbana y rural que reproduzca el milagro de más y mejores alimentos y semillas.

Posteriormente, en Caguazu, Paraguay, el 21 y 22 de abril de 2003, en una reunión de LVC, Amigos de la Tierra Internacional y Grain, se realizó la fundamentación de la Campaña y se construyeron los principios.

En este encuentro, afirmamos que “la semilla es muchísimo más que un recurso productivo, que ellas son simultáneamente fundamento y producto de culturas y sociedades a través de la historia. En la semillas se incorporan valores, afectos, visiones, y formas de vida que las ligan al ámbito de lo sagrado. Sin ellas es imposible el sustento y la soberanía de los pueblos. […] Por tanto, las semillas y el conocimiento asociado a ellas son parte fundamental e insustituible de la soberanía alimentaria de los pueblos”. Simultáneamente, concluimos que las semillas no son un patrimonio de la humanidad, sino nuestro patrimonio,  de los pueblos campesinos e indígenas, quienes las creamos, diversificamos  y protegimos a través del tiempo y las ponemos al servicio de la humanidad. De allí en adelante nuestra campaña quedó establecida como “Las Semillas, Patrimonio de los Pueblos al Servicio de la Humanidad.”

De esta forma  las semillas no son apropiables. Ellas deben mantener en todo momento su carácter de patrimonio colectivo, frente al cual hay deberes ineludibles que cumplir, incluso por sobre el derecho a gozar de él. La Campaña, por lo tanto, se opone a la propiedad intelectual y a toda forma de apropiación de la vida.

En base a esto se definieron los siguientes principios:

  • La Campaña se basará en las múltiples formas de conocimiento indígena y campesino en torno a las semillas, la agricultura y la biodiversidad; se parte del convencimiento que estas formas de conocimiento son válidas por si mismas y no requieren de validación externa, científica o de otra índole.
  • la Campaña deberá buscar formas efectivas de involucrar y comprometer al conjunto de la sociedad. Ello incluye el involucrar y requerir el aporte de técnicos y científicos cuando los procesos de erosión biológica y cultural lo hagan necesario. El liderazgo y la toma final de decisiones debe esta en LVC. y en las organizaciones de los campesinos y campesinas, de los indígenas y las comunidades.
  • La Campaña es parte de las luchas por defender, reforzar y/o recuperar la soberanía política, cultural, económica y alimentaria de los pueblos, y se encuadra en una lucha más amplia contra el sistema capitalista y su fase neoliberal. Por lo mismo, es parte de la búsqueda de proyectos populares alternativos.
  • Igualmente, las semillas no pueden ser defendidas si no se defiende las condiciones necesarias para la continuidad de las culturas que las mantienen y les dieron origen. La Campaña, por lo tanto, debe estar íntimamente ligada a la defensa de la tierra y los territorios y a las culturas campesinas e indígenas.

En base a estos principios, la Campaña promueve la aplicación de enfoques que fomenten la toma de decisiones y el desarrollo de iniciativas conocimiento y tecnología de manera local y descentralizada. Es decir, la metodología, los contenidos y la iniciativa de la campaña han sido definidos desde una perspectiva campesina e indígena. La Campaña ha sido liderada por la Vía Campesina y las organizaciones campesinas e indígenas y especialmente las mujeres, reconociendo los aportes históricos y actuales de los expertos y expertas y  especialistas indígenas y campesinos. creando condiciones para valorar, reconocer y socializar sus aportes.

Así constatamos que la Campaña ha contribuido a reactivar el conocimiento y la diversidad de uso de los cultivos y las semillas, fomentando y reactivando las culturas culinarias, las artesanías y otros usos, valorando y reforzando los usos rituales. Promoviendo la diversidad de cultivos y tecnologías. Ligando agricultura  y reforestación. Apoyando y dinamizando todas las formas de intercambio de semillas y conocimientos entre comunidades indígenas y campesinas. Contribuyendo al fortalecimiento y ampliación de la producción y reproducción de semillas de manera autónoma y descentralizada.

 

La Campaña ha fomentado, defendido y reactivado los procesos y mecanismos de creación y socialización de conocimiento en las comunidades indígenas y campesinas. Desarrollando formas de investigación local en base a principios, preocupaciones y enfoques campesinos. Impulsando luchas más amplias que permitan asegurar las condiciones necesarias para la mantención de los sistemas de conocimiento campesinos e indígenas.

La Campaña ha promovido y socializado un marco ético acorde con sus principios, contribuyendo a construir iniciativas y orientaciones dentro de ella. Impulsando encuentros e intercambios campesinos que han ido definiendo normas  de conducta en torno a las semillas. Promoviendo debates para establecer e identificar tanto derechos como deberes en torno a las semillas y la biodiversidad.

La Campaña ha destacado el aporte invaluable e irremplazable de las semillas campesinas a la humanidad, basado principalmente en recursos, capacidades y conocimientos propios, como un ejercicio de soberanía que no requiere el beneplácito de las autoridades ni de sectores poderosos. Resaltando en todo momento su carácter esperanzador.

La Campaña ha involucrado al conjunto de la sociedad a través de actividades culturales, de educación y festivas que han contribuido a crear conciencia y mística en torno a las semillas y al papel de los pueblos indígenas y campesinos. Haciendo conciencia que las semillas campesinas son base de la alimentación y de la soberanía alimentaria.

Desde su formulación y sus principios ha estado ligada a las demás campañas de Via Campesina, así como a la lucha contra los tratados internacionales de libre comercio, las diversas formas de globalización, homogenización cultural y privatización, y en contra de los organismos financieros internacionales.

La campaña  ataca fuertemente y desnuda al capitalismo quien es incapaz de organizar algo tan complejo, bello y variado como la diversidad agrícola. Por eso industrializa el suelo, trata a la tierra como materia inerte, cambia el significado de la agricultura y de la alimentación y rompe con las leyes de la naturaleza envenenando plantas, animales y personas. Explota y aniquila campesinos, privatizando el agua, usurpando la biodiversidad, concentrando la tierra en las corporaciones transnacionales. Militariza territorios, criminaliza a los defensores de la tierra, destruye diversidad y vida mediante tratados comerciales. Transgrediendo todos los principios y leyes de la naturaleza y de las divinidades modifica genéticamente las semillas.

El contexto actual

En los últimos años, se ha dado un recrudecimiento de la ofensiva de los transgénicos, de los agronegocios (monocultivos) y del extractivismo. Los transgénicos amenazan los territorios campesinos, contaminan las semillas criollas. La promoción de los cultivos transgénicos están asociados a procesos de militarización y están provocando el desplazamiento de miles de familias campesinas. En los países de América Latina y el Caribe se han implementado cambios en los marcos jurídicos que favorecen la entrada de los transgénicos y las semillas híbridas, e incluso están llevado a la ilegalización de los sistemas de semillas criollas: transporte, intercambio, reprodución y multiplicación.  En países como México, se ha suspendido la moratoria a los transgénicos para favorecer su entrada. La promoción agresiva de semillas “mejoradas”, las “terminator” que no pueden reproducirse viene destruyendo las variedades criollas, pero además provocan la ruina de los pequeños agricultores, puesto que este paquete tecnológico está asociado a la utilización de grandes dosis de fertilizantes químicos y plaguicidas.

 

En todas partes hemos visto cómo se imponen reglas y leyes que coartan nuestro derecho a utilizar e intercambiar libremente las semillas. A pesar de la fuerte oposición de las organizaciones sociales, se han impuestos sistemas de registro de variedades, de patentes, de derechos de obtentor, de certificación obligatoria, etc. Las organizaciones presentes coincidimos en que todos estos mecanismos son dañinos, son un arma en contra de los campesinos y pueblos indígenas,  están al servicio de los grandes capitales y se han convertido en un nuevo gran negocio. Sin embargo,  no estuvimos de acuerdo sobre cómo enfrentarlos. Acordamos impulsar un fuerte proceso de debate al respecto en nuestro continente  y proponerle a la Via Campesina que haga lo mismo a nivel internacional.

Hoy sufrimos un fuerte proceso de concentración de la tierra. El acaparamiento de tierra se ha vuelto un fenómeno común en el continente. Grandes empresas transnacionales, sociedades anónimas, fondos especulativos  e inversionistas individuales han venido apropiándose de importantes extensiones de tierras, amenazando la producción alimentaria y la cultura campesina. Esta situación ha conllevado a una descampesinización del campo, lo que ha provocado una fuerte migración de la juventud y los hombres, dejando en las mujeres la mayor responsabilidad de la reproducción y sostenimiento de la producción y los sistemas alimentarios. El campo se ha feminizado.

Los gobiernos y las Naciones Unidas han sido capturados en términos políticos, económicos y culturales por las corporaciones transnacionales. La OMC se ha apoderado de las políticas mundiales y eliminó la justicia, la solidaridad, la ética del respeto a la vida y a la naturaleza de su lenguaje.

Avances y retos de la Campaña

Ante este grave contexto, la Campaña y las organizaciones campesinas venimos desarrollado diversas estrategias y actividades en defensa de las semilla y la producción agroecológica, expresándose  de diversas formas en lo local, a través de las ferias de saberes, sabores y semillas, las fiestas de las semillas y la diversidad y  los intercambios, logrando transcender más allá de la CLOC y la LVC, articulándose con muchisimas organizaciones en el continente.

Alrededor del mundo se realizan diversas acciones para defender la Semillas. Múltiples marchas, movilización y acciones de ocupación y destrucción de campos de transgénicos se han realizado en diversas partes del planeta, muchos de ellos realizados por mujeres campesinas. La acción de las mujeres de la Vía Campesina contra las semillas terminator,  en marzo 2006, al interior de la 8° Conferencia de las Partes sobre Diversidad Biológica realizada en Curitiba, logró mantener la moratoria y  detener la avanzada de estas semillas, impidiendo así un crimen contra la humanidad.

Familias campesinas e indígenas siguen trabajando en la recuperación de semillas, y son notorias las experiencias, como la Casa Róga en Paraguay, los semilleros campesinos de Chile, las redes de semillas en Colombia, las experiencias de reproducción de semillas de Bionatur y el MPA en Brazil, junto a múltiples otras experiencias, que han buscado mantener en los pueblos el control de las semillas, en contraposición a las semillas “secuestradas” en los bancos de semillas de los centros de investigación. Por las cuales la Campaña siempre ha pedido sean liberadas y entregadas a sus verdaderos custodias y custodios.

El trabajo de reproducción y recuperación local de las semillas ha sido un componente fundamental e imprescindible para garantizar la diversidad, es necesario complementar con procesos de multiplicación de la semilla. Hoy se ve la necesidad de ampliar las iniciativas de multiplicación, sin descuidar o subvalorar la continuidad de la recuperación y reproducción. Hasta el momento las principales experiencias de multiplicación están basadas en Brasil, en el que uno de sus principales aprendizajes, es que debe basarse en un amplio trabajo en redes de familias campesinas vinculadas a las organizaciones. Así mismo, la experiencia muestra la necesidad de vincular fuertemente al trabajo de multiplicación a una formación política que permita colocar esto al servicio de los intereses de la agricultura campesina y las organización campesinas.

De esta manera, la campaña ha avanzado en la comprensión política de la defensa de las semillas. Sus desafíos son lograr un mayor desarrollo y posicionar la defensa de las semillas como un eje central en el debate, en los planteamientos y en las luchas políticas de LVC. Asimismo es un desafío que  la campaña se multiplique y trascienda en todas las regiones y pase a ser parte central en la dinámica internacional.

En estos avances es innegable el importante papel que han tenido las mujeres como motores de la campaña y un desafío es garantizar que el trabajo de multiplicación no invisibilice su papel y sus aportes.

Los desafíos que se abren hoy día, están en mantener enfoques integrales que considere las necesidades inmediatas y las de largo plazo, de todos los aspectos que garantizan la asistencia de la semilla: reproducción, recuperación, multiplicación, valoración, mejoramiento, mantenimiento, almacenamiento.

Se requiere fortalecer y profundizar  los procesos de formación política y técnica que se impulsan desde LVC y sus aliados. Estos procesos deberán incorporar los desafíos y los retos de la Campaña para contribuir a resolverlos.

Es necesario profundizar en enfoques de defensa y desarrollo de territorios autónomos y sustentables. En el avance en estas luchas es necesario mantener las múltiples dimensiones y formas de valorización: simbólico, cultural, político, económica, espiritual, mística, productiva, social.

El trabajo y el fortalecimiento del trabajo con los aliados es indispensable y requiere ampliarse. También debe insistirse en la difusión tanto interna como externa del trabajo que ha venido haciendo la campaña y de las experiencias que existen en los diversos territorios.

Desde el movimiento se reconoce la necesidad de mantener la autonomía de los movimientos sociales y populares frente a los gobiernos, reconociendo distintas relaciones y grados de convergencia. Igualmente se ve la necesidad de mantener, una mirada autónoma frente a las políticas públicas diferenciando las políticas públicas al servicio del agronegocio frente a las políticas públicas construidas desde los movimientos campesinos.

Y por eso nos hemos comprometido a luchar contra todas las formas de privatización de  las semillas y el conocimiento que va con ellas. Nos hemos comprometido a luchar contra la multiplicación, siembra y distribución de las semillas transgénicas en todo el mundo. Repudiamos y rechazamos la ayuda alimentaria con semillas transgénicas que el gobierno de Estados Unidos ha enviado a los países africanos.

Algunas de las propuestas son:

 

  1. impulsar ampliamente estrategias de multiplicación que permitan el acceso y uso masivo de las semillas campesinas, fortaleciendo sistemas autónomos
  2. Realizar un debate profundo y de manera urgente sobre registros de semillas, propiedad intelectual y certificaciones, considerando que existen diversas visiones sobre cómo enfrentar los problemas que ellos crean
  3. Contribuir a los procesos de sistematización de la formación que viene haciendo LVC y la CLOC, e incluir la defensa de las semillas como parte integral de esa formación
  4. Trabajar en un renacer de la reforma agraria incorporando lo cotidiano, lo afectivo, las diversas cosmovisiones, incoporando elementos como las semillas, la agroecología campesina, el agua, la defensa del territorio para mejorar el enfoque de desarrollo rural utilizado hasta ahora.
  5. Defender y promover la producción agroecológica campesina y los instrumentos que se requieren para mantenerla viva, como los mercados locales, los aprendizajes campesino  a campesino, etc. y luchar para que  no se mercantilice y no se convierta en una experiencia elitista y divisoria
  6. Posicionar el debate sobre la defensa de las semillas durante el V Congreso de la Cloc.
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